En mayo, el departamento de precios del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) presentó a un grupo de economistas los cambios que consideraban implementar en la medición de la división vestuario del Indice de Precios al Consumidor (IPC).
Esto, luego de que diversos expertos cuestionaran la metodología aplicada en este ítem, la que, señalaban, no estaría reflejando adecuadamente variables como los cambios de temporada y nuevas tendencias de la moda en el examen de los precios, sesgando a la baja el registro del indicador. A junio, Prendas de vestir y calzado acumula una caída de 13,8% en 12 meses, la mayor entre las 10 divisiones que componen el IPC.
Aunque en un comienzo el INE evaluó implementar las modificaciones a inicios del 2014, junto con la nueva canasta de productos que se elaborará luego de conocer los resultados de la Encuesta de Presupuestos Familiares, el director del organismo, Juan Eduardo Coeymans, prefirió adelantar el proceso para julio.
Así, el INE se encuentra en la fase de levantamiento de precios, con un grupo específico de encuestadores abocado al ítem vestuario, lo que, según economistas, comenzaría a evidenciarse de manera marginal en el IPC de julio y, ya con mayor claridad, en la medición de agosto y también septiembre, con el inicio de los cambios de temporada en el vestuario de otoño-invierno a primavera-verano. Los expertos creen que podría sumar un 0,2% adicional de IPC en ambos meses.
La nueva metodología considera tres elementos permanentes para la comparación de las prendas: composición de la tela, misma marca y país de origen. Con esto se podrán comparar productos con similares características, independientemente de su cambio en el diseño por el concepto de moda.
La modificación sigue estándares similares a los aplicados en Inglaterra y Francia en los últimos años.
"En julio, la influencia debería ser marginal, debido a que la nueva metodología para medir vestuario afecta principalmente aquellos meses donde hay cambio de temporada. Por lo tanto, agosto y septiembre podría ser un período donde sí se refleje una incidencia mayor, que de todas formas sería acotada, ya que vestuario representa el 5% de la canasta total del IPC", señala Alejandro Fernández, de Gemines.
Explica que "si es que uno detectara diferencias de 10 puntos porcentuales entre la medición antigua y la nueva en términos anuales, eso agregaría cinco décimas en el IPC del año, pero la diferencia no será de esa magnitud y tampoco cambiará dramáticamente la medición, pudiendo fluctuar entre 0,1% y 0,2% en la inflación de agosto y septiembre".
Análisis similar al de Hernán Frigolett, de Aserta Consultores. "En agosto, el cambio de temporada se reflejará con mayor magnitud, con la entrada de los productos de nueva temporada, por lo que la incidencia puede llegar a un máximo de 0,2% en agosto, lo que sumado al efecto de combustibles podría arrojar un IPC de 0,5% para ese mes", indica.