El primer ministro británico, David Cameron, pronunció hoy un apasionado discurso en defensa de la permanencia de Escocia en el Reino Unido pidiendo a los ingleses, los galeses y los norirlandeses que les digan a los escoceses: "Queremos que se queden".
En su discurso, el más contundente que ha pronunciado hasta ahora sobre la eventual independencia de Escocia, Cameron dijo que le resulta insoportable asistir a la desintegración del Reino Unido si los escoceses optan por la independencia en el referéndum convocado para septiembre próximo.
"No puede haber complacencia sobre el resultado de este referéndum", afirmó el premier británico ante un público congregado en el Olympic Park de Londres, ciudad que fue sede de los Juegos Olímpicos de 2012. Según Cameron, el desenlace de la consulta popular "aún está en el aire".
Cameron explicó que para pronunciar su discurso había escogido la fecha del 7 de febrero, día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, para recordar lo mucho que los ingleses, los galeses y los norirlandeses habían logrado en 2012 como integrantes del equipo olímpico británico.
"Lo mejor de los Juegos Olímpicos no fueron las victorias, sino el rojo, el blanco y el azul", señaló Cameron a alusión a los colores de la bandera británica. "Si perdemos a Escocia, si cambia el Reino Unido, estaríamos quitando la alfombra debajo de nuestra propia reputación", aseveró el primer ministro. "Es evidente que juntos somos más importantes en el mundo".
Camerón subrayó que mientras sólo cuatro millones de personas podrán acudir a votar en Escocia, el resto de los británicos debería poder implicarse en el debate sobre la independencia, porque esta cuestión "afecta profundamente a nosotros, que sumamos 63 millones".
El viceprimer ministro de Escocia, Nicola Sturgeon, calificó a Cameron de "cobarde" por no haber pronunciado su discurso en Escocia. Además, dijo que es "vergonzoso" politizar cualquier evento deportivo.
Según el sondeo más reciente del instituto demoscópico YouGov para el diario The Sun, el 34 por ciento de los escoceses dijo que votaría por la independencia, frente al 52 por ciento que votaría en contra.