Cameron desafía a la UE con anuncio migratorio para comunitarios
Inmigrantes del bloque que no hallen trabajo en seis meses tendrán que irse de Reino Unido.
No tan drástico como se esperaba, pero muy desafiante a los fundamentos de la Unión Europea (UE), el primer ministro británico, David Cameron, anunció una serie de medidas, que calificó de "razonables" para reducir los beneficios sociales que puedan reclamar los ciudadanos del bloque que lleguen a Reino Unido. "Sin duda, aplicarlas en su conjunto necesitará cambios en los tratados", dijo tras anunciar que los europeos que no hayan encontrado trabajo en seis meses tendrán que irse y que para tener derecho a ayudas sociales tendrán que haber trabajado al menos cuatro años. Además, los inmigrantes no podrán cobrar subsidios británicos si ya han regresado a su país.
En su discurso, pronunciado en una fábrica en las afueras de Londres, el primer ministro dijo que no descartaba "nada" si sus socios no acogían sus demandas, amenazando de forma sutil con buscar la salida de Reino Unido de la UE en el referéndum que pretende celebrar sobre este tema en 2017 (si gana las elecciones).
"Si hacen oídos sordos a nuestras inquietudes y no podemos encarrilar nuestra relación con la UE, por supuesto que no descarto nada", aseguró.
Cameron presentó estas medidas en un discurso al día siguiente de que quedase definitivamente claro que no podrá cumplir su promesa electoral de controlar la inmigración en su primer mandato, que concluye en mayo, algo que ha contribuido al ascenso del euroescéptico Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP).
España es uno de los países que más ha contribuido a este ascenso de la inmigración a Reino Unido, el país europeo que más ha crecido económicamente en los últimos meses. Unos 45.600 españoles se instalaron en la isla en el año fiscal que concluyó en septiembre de 2014, un 9% menos que en el año anterior. En 2013, España fue el segundo país en inmigrantes llegados a Reino Unido, sólo por detrás de China y por delante de India, Australia y Polonia. En total, la inmigración neta anual -inmigrantes menos británicos que se van- aumentó en 260.000 personas en 12 meses entre junio de 2013 y junio de 2014. Cameron había prometido reducir esa cifra a unas pocas decenas de miles.
En medio del debate que ha generado el discurso de Cameron, el University College de Londres publicó un estudio hace unas semanas sobre "Los efectos fiscales de la inmigración europea" y el resultado fue un balde de agua fría para el partido UKIP. El informe, que estudió la contribución y beneficios recibidos en Reino Unido por los inmigrantes de los 10 países que ingresaron en la UE en 2004, entre los que figuraban Hungría, Polonia o la República Checa, concluyó que en el período 2004-2011 aportaron 5.000 millones de euros más en impuestos de lo que consumieron de los servicios públicos británicos.
Por su parte, la canciller alemana Angela Merkel y el Presidente francés François Hollande han recordado a Cameron en varias ocasiones que la libre circulación de personas es uno de los principios sagrados de la UE.
El portavoz del ejecutivo europeo, Margaritis Schinas, dijo ayer que el bloque está dispuesto a discutir las propuestas de Cameron "tranquila y cuidadosamente". "Son ideas de Reino Unido y forman parte del debate, tendrían que ser examinadas sin dramatismos", explicó a la prensa.
Tras días de especulaciones, Cameron no anunció finalmente una medida para imponer cuotas de inmigrantes, como reclamaba el UKIP. Farage respondió al discurso de Cameron advirtiéndole que debe excusarse ante los británicos por haber faltado a sus promesas electorales y estimando que sus propuestas no son realistas. Cameron "sabe que algunas de las cosas que propuso hoy serán contestadas en los tribunales europeos después de las elecciones", escribió en Twitter. "Le ha llevado a Cameron 10 años como líder de los conservadores darse cuenta de las cosas que dijo hoy", prosiguió Farage, eurodiputado y defensor de Reino Unido.
Las encuestas predicen un fuerte ascenso del UKIP en las elecciones generales de mayo, una pujanza que está erosionando el ala derechista del Partido Conservador. De hecho, los dos primeros diputados de UKIP en el Parlamento británico son desertores de las filas conservadoras. Cameron aludió al partido de Farage en su discurso al tildar de "horrible" la sugerencia de deportar a inmigrantes legales. "Reino Unido es mejor gracias a la inmigración, no pese a ella", señaló.
Los expertos coinciden en que resultará difícil que Bruselas permita a Cameron aplicar todas sus propuestas, pero que lo importante es no cuestionar la libertad de movimiento de los europeos.
"Cuando se ha de enmendar un tratado de la UE, todos los Estados miembros han de estar de acuerdo y todos los parlamentos ratificarlo", recordó en su blog Steve Peers, profesor de ley europea de la Universidad británica de Essex, citado por la agencia France Presse. "No es imposible, pero no será fácil. Y significa que Cameron tendrá que llegar a compromisos sobre sus propuestas", vaticinó.
La inmigración dentro del bloque comenzó a generar debate desde la crisis de 2008, cuando muchos de los ciudadanos residentes de países afectados, como Grecia y España comenzaron a buscar trabajo en otros estados del bloque. Ese fue el caso de Alemania, considerado el motor de la UE, que ahora tiene una inmigración neta que no se veía en 20 años. En 2012, 400 mil inmigrantes llegaron al país, lo que representó un aumento de 38% en comparación con el año anterior.
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