El primer ministro británico, David Cameron, enfrenta hoy la mayor "rebelión" a su liderazgo, con la  amenaza de decenas de diputados de su Partido Conservador de desafiarlo en el tema de la Unión Europea (UE), específicamente sobre la permanencia de Reino Unido en el bloque.

Unos 70 parlamentarios oficialistas indicaron que ignorarán una orden de las autoridades de la agrupación para votar en contra de un referendo sobre la membresía.

La votación de esta tarde es vista como una prueba a la autoridad de Cameron, quien ayer fue reprendido por el Presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en una reunión en  Bruselas para discutir la crisis de la deuda en la zona euro.

Sarkozy dijo que estaba "harto" de la crítica británica a la  zona euro y el intento de Londres de "intervenir" en los  encuentros sobre la moneda única.

El debate ha reavivado una larga disputa sobre Europa que ya dividió a los conservadores en la década de 1990 y que Cameron ha tratado de desactivar desde que llegó al liderazgo del partido hace seis años. Aunque parece que la votación en el Parlamento fracasará y no tiene vinculación legal, es considerada como una prueba para su autoridad y podría incrementar la tensión con sus socios de coalición, el Partido Liberal Demócrata.

El ministro de Relaciones Exteriores, William Hague, uno de los llamados "euroescépticos", sostuvo que la propuesta de referéndum va "completamente contra la política del gobierno". "Crearía una incertidumbre económica adicional en este país en un momento económico difícil", afirmó a la cadena BBC.

Unos 78 diputados, muchos de ellos conservadores, firmaron una moción parlamentaria que pide un referendo sobre si Reino Unido debería seguir en la UE o renegociar las condiciones de su pertenencia. El Parlamento debatirá el tema por la tarde y se espera una votación.

Cameron pidió a los conservadores votar en contra, pero el partido está dominado por "euroescépticos", que creen que la soberanía del país se ha visto erosionada por reiterados traspasos de competencias a Bruselas. Además, consideran la crisis de la deuda en la zona euro como una ocasión para recuperar poderes o, incluso, dejar el bloque.

"Hemos criticado la UE desde hace años, hemos (...) visto a la UE irse por el desagüe desde hace años. ¿Qué hemos hecho para renegociar nuestra posición en Europa? La respuesta es nada", dijo el diputado conservador Richard Drax a la cadena Sky News.