El primer ministro británico, David Cameron, rechazó entregar el diamante gigante Kohinoor que Reino Unido tomó por la fuerza a India en a época de la colonia británica. Así lo afirmó en el marco del fin de su visita de tres días con fines comerciales a dicho país.

Cameron dijo que el diamante, de 105 quilates -uno de los más grandes del mundo- y que reposa en la corona de la reina Isabel (la Reina Madre), permanecerá en la Torre de Londres.

El mandatario aseguró que no cree en las restituciones y manifestó estar dispuesto a aprovechar el auge económico de India, pero quiere concentrarse en el presente y futuro más que en el pasado. "No creo que sea la acción adecuada", declaró Cameron.

"Lo mismo pasa con los Mármoles Elgin (del Partenón)" que se encuentran en el Museo Británico de Londres, dijo. "Ciertamente no creo en el 'retorno' de estas piezas. No me parece que sea razonable", agregó.

Varios ciudadanos indios exigieron durante años al gobierno británico que devuelva el diamante, entre ellos el nieto del líder independiente Mahatma Gandhi, cita Ansa.

El gobernador general de la por entonces India colonial James Andrew Broun-Ramsay ordenó en 1850 que el diamante de Kohinoor fuera presentado a la reina Victoria.

Si Kate Middleton, la esposa del príncipe Guillermo, eventualmente se convierte en la reina consorte de Inglaterra, podrá llevar la corona con el enorme diamante indio.

Cuando Isabel II realizó una visita de Estado a India en 1997 para conmemorar el 50 aniversario de la independencia de ese país de Gran Bretaña, muchos políticos y activistas indios le demandaron la devolución del diamante.

El Koh-i-noor, que significa "Montaña de Luz" en urdu, fue registrada por primera vez en 1306. Un texto hindú en ese momento dijo: "Sólo Dios o una mujer puede llevar con impunidad", consigna el diario británico The Daily Mail.

Los gobernantes locales se lo disputaron durante siglos antes que Reino Unido lo tomara como parte del Tratado de Lahore, cuando se hizo con el control del Punjab, en 1849. La joya fue capturada  como uno de los botines de guerra y se presentó a la reina Victoria en 1850.