Apenas comienza el 2017, año de definiciones presidenciales, y el ex senador Camilo Escalona -vicepresidente del PS- no esconde una suerte de desencanto. Tal como ha dicho en otras ocasiones, el dirigente sostiene que su partido padece de un retraso en su definición presidencial, tema que debería resolverse en una primaria interna el 23 de abril, mecanismo que, dicho sea de paso, no convence ni a su propia directiva. Junto a eso, reafirma su respaldo a la candidatura del ex Presidente Ricardo Lagos, pese a que se encuentra estancado en las encuestas.

Desde antes que se instalaran las candidaturas presidenciales del oficialismo, usted era partidario de que el PS resolviera el tema cuanto antes, todo lo contrario a lo que experimenta actualmente el socialismo.

Uno tiene que saber ser minoría y, perdone la autosuficiencia, pero los hechos me dieron la razón. Nos hubiésemos ahorrado muchos dolores de cabeza si hubiéramos tomado una decisión de manera oportuna. Incluso ahora hemos llegado al extremo de que se hable del "síndrome PS". Siempre he pensado que los partidos deben de evitar ser motivo de burla y de risa y debiesen ser instituciones serias y respetadas. Asumo que las cosas son así y que nuestro punto de vista fue minoritario y que estamos en un callejón. Recién será en abril un momento donde podríamos acercarnos a una decisión. Pero cuando lleguemos a esa definición, será completamente ineficaz. Las cartas van a estar repartidas, los diferentes actores se van a haber posicionado, y el PS va a llegar atrasado. Cuando lleguemos a una decisión en abril, su importancia va a ser considerablemente menor.

¿Y eso qué implicará a futuro?

Vamos a respaldar una candidatura ya instalada, en el caso de que sea Guillier o Lagos, o vamos a respaldar un candidato, en el caso que sea Insulza o Atria, que va a estar en la situación más desventajosa desde el punto de vista de la futura primaria legal. Se habla mucho de que el leit motiv de lo que tenemos que hacer es derrotar a Piñera, pero para mí la tarea esencial es rehacer una mayoría política y social que permita reponer la legitimidad del sistema político, porque todos somos minorías.

¿La Nueva Mayoría, tal como está ahora, no tiene una mayoría que asegure gobernabilidad?

Yo creo que eso es más que evidente. La Nueva Mayoría incluso puede ganar la próxima elección presidencial, pero el problema se plantea de todas maneras. Sería una minoría gobernando. ¿A dónde llegará ese gobierno? ¿Qué tareas va a realizar? ¿Con qué respaldo social las va a llevar a cabo? Debemos reconstituir una mayoría para que Chile tenga una gobernabilidad democrática sólida.

¿Qué lecciones debe aprender un eventual segundo gobierno de la Nueva Mayoría respecto de esta administración?

Evitar hacer todo a la vez. La teoría de la simultaneidad es fatal. Todo proceso de reforma implica prioridades, partir por un sitio y no intentarlo todo al mismo tiempo. Yo creo que ese es el factor clave. El segundo factor es que el desprecio por la economía es fatal. Si no hay plata, no se puede hacer gasto social a largo plazo. Y tercero, el desprecio por los acuerdos. Los gobiernos son para la nación en su conjunto, no sólo para los propios adherentes. Eso no se debe olvidar.

¿Qué piensa de la candidatura de Alejandro Guillier?

Yo estoy con Lagos y no voy a denostar a Guillier, porque no tiene sentido.

No he pedido que lo denoste.

Es que las frases se toman muy a pecho, porque no estamos discutiendo ideas fuerzas, sino que rasgos personales.

¿Ve ideas fuerza en Guillier?

No, no las ha expuesto hasta ahora. Él ha señalado que quiere recorrer el país para recoger las ideas de la gente, de forma que sería absurdo que yo me refiera a ideas fuerza que él mismo ha dicho que está en proceso de elaboración.

¿No tiene eso algo del populismo que se ha acusado en la candidatura del senador?

Hace rato que estamos en un sistema político penetrado por el populismo. Las figuras mediáticas empiezan a proponer como en un juego de póker. Empiezan a doblar las apuestas y se termina en una hemorragia de promesas que no tienen asidero en la realidad. No es un fenómeno de ninguna candidatura por separado.

Usted apoya a Ricardo Lagos, pero su candidatura se encuentra estancada en las encuestas. ¿Por qué cree que él no repunta?

No sé, no me lo explico en realidad. Si tuviera la solución, se la hubiera dado a Lagos hace rato.

¿Está mal asesorado o su figura ya no conecta con la ciudadanía?

Es que ha sido muy dura la descalificación de lo que se hizo en los últimos 25 años. La mirada que yo denomino refundacional, que considera que toda la transición a la democracia no fue más que una farsa que administró el modelo neoliberal, ha llevado a un desprecio profundo de la democracia que se ha restablecido en nuestro país, y eso toca a la figuras más destacadas de ese proceso. Naturalmente, Lagos es una de las figuras más centrales, y cuando se condenan los últimos 25 años, esa descalificación recae en Lagos. Si se estima que los últimos 25 años no tuvieron sentido, muchos se sienten autorizados para hacer cualquier cosa, incluido incendiar un bosque. La descalificación refundacional es como un rayo cuyo impacto se concentra en Lagos.

¿La primaria PS debe incluir a Guillier y Lagos?

Yo siempre he pensado que tienen que estar los cuatro. Por eso he sido partidario de una votación en el comité central, porque si invito a una primaria no va a llegar ni Guillier ni Lagos, y dejo de inmediato a dos afuera, que son los que tienen verdadera capacidad de competir. Pero en eso no hemos tenido capacidad de escucharnos dentro del PS, ha sido un diálogo de sordos. Eso da la posibilidad de que participen todos y no quede excluido nadie. Así como he defendido desde el comienzo que nadie podía objetar a Lagos por no estar afiliado al PS, también defiendo que Guillier participe en la decisión que el socialismo tome. Es un problema de voluntad política. Si uno tiene la voluntad política de que participen todos, el evento en que pueden participar todos es una votación del comité central. Si no, no van a participar.

¿Y no arriesga que Lagos pierda ante Guillier en una votación así?

Precisamente estoy por la votación en el comité central porque tiene un grado de incógnita, porque nadie puede decir que es un traje hecho a la medida de nadie.

Dicen que Guillier concita más apoyo en el PS que Lagos.

Bueno, para eso hay que votar. Yo no le tengo miedo a la votación. Si Guillier gana, es una decisión que hay que aceptar.

¿Y una primaria sólo entre Atria e Insulza?

El comité central tiene que ratificar esa decisión.

¿No está cerrada?

No pues, no está cerrada. El reglamento se tiene que aprobar y, lo que yo entiendo, todas las decisiones del comité central se toman por la mitad más uno de los miembros de la instancia, eso es lo que establece la Ley de Partidos. Y si tenemos una primaria en la que no vamos a contar con los candidatos más fuertes, el comité central tiene que deliberar para tomar una decisión política. ¿Qué sentido tiene que la militancia elija a un comité central que no tiene la capacidad de tomar decisiones?

Guillier es el más competitivo. ¿No será mejor plegarse a él para ganar la presidencial?

Para eso el comité central tiene que votar, todo pasa por ahí. Pero tiene que ser la institucionalidad del PS la que resuelva. Creo que Guillier ha cometido un error al asociarse a grupos puntuales. Si él aspira a una correcta forma de vinculación con el PS, tiene que respetar su institucionalidad.

¿Es irrespetuoso por parte de Guillier entenderse con los socialistas que lo apoyan?

No pues, así no es la cosa. Así como está ahora, no es correcto. Nosotros nunca nos hemos entendido con grupos parcelados del PR. Respetamos los procesos de cada partido, eso también tiene que ser respecto de nosotros. Debe evitar dar señales de simpatía hacia unos y de antipatía hacia otros. Eso no es bueno.

¿Advierte división en el PS por el tema presidencial?

Tensionado, pero no dividido. Hay algunas personas que se han tomado con una pasión digna de mejor causa el que Guillier sea la candidatura definitiva. Y, claro, ha habido tironeos, frases que después se arrepienten de haberlas dicho, pero no está dividido, afortunadamente.

En abril va terminar el mandato de la actual directiva del PS. ¿Qué evaluación tiene de la conducción de Isabel Allende?

Yo creo que la mesa logró atravesar un período turbulento, cuando se cambió el gabinete y la Presidenta habló del "realismo sin renuncia", pero no logró despejar el tema presidencial de la manera oportuna. Yo creo que ese es su déficit.

Usted se sumó a la llamada "lista de unidad" para postular a la próxima dirección del PS, logrando un acuerdo inédito con el sector que lidera la senadora Allende. Sin embargo, fuentes del PS aseguran que usted vetó el ingreso del diputado Osvaldo Andrade a ese acuerdo...

En primer lugar, yo me resté de participar en esas tratativas, pero los argumentos no son nuestros en relación a la composición de la lista.