Desde enero es el presidente del PRO. Aunque tiene pasado en la izquierda que hoy está más cerca del Frente Amplio, Camilo Lagos reconoce en la Nueva Mayoría una coalición necesaria para dar, como él dice, "gobernabilidad". Aunque ha observado en silencio el proceso de crisis de dicha coalición, en silencio también, Lagos ha dedicado los últimos meses a tejer un posible acuerdo electoral parlamentario y de segunda vuelta. Ya consiguió un principio de acuerdo programático con el PC y va en busca de más. ¿El problema? Marco Enríquez-Ominami hoy ya no aparece en las encuestas y en el oficialismo condicionan la inclusión del PRO a renunciar a la primera vuelta presidencial. Pese a ello, Lagos cree todo lo contrario: que ME-O repuntará y que el PRO conseguirá un acuerdo parlamentario.
Ahora que la DC quedó sola, ¿es viable un acuerdo con el resto de los partidos de la Nueva Mayoría?
Desde noviembre hemos constatado que la división de la izquierda y la centroizquierda lo único que puede facilitar es la llegada de Piñera al poder. Hemos venido trabajando en tender puentes y llamando a la unidad. Hablamos de primarias para todos los cargos, pero eso no fue posible. Finalmente, la Nueva Mayoría decidió no ir a primarias. Hemos transmitido que hay que desdramatizar la primera vuelta, abordarla con un sentido democrático y entender que va a ser la gran primaria de la centroizquierda y el progresismo. Pero para que se convierta en eso tenemos que llegar a un acuerdo parlamentario que nos permita construir una mayoría progresista de centroizquierda en el Parlamento y un acuerdo para la segunda vuelta. Y ese es el mensaje que hemos hecho explícito en conversaciones informales, diálogos con el PPD, el PC. He hablado con Alvaro Elizalde y lo he invitado, también a Carolina Goic, a diálogos públicos. Aprovecho esta entrevista para invitarlos una vez más a los presidentes de los partidos de la izquierda y la centroizquierda a dialogar y establecer ese rayado de cancha: un acuerdo parlamentario y acuerdo de gobernabilidad para la segunda vuelta.
¿Cómo sortearán la condición que han planteado desde la Nueva Mayoría de que ustedes deberían desprenderse de la candidatura de Enríquez-Ominami?
Quedan más de dos meses para la inscripción de las candidaturas al Parlamento. Los progresistas vamos a hacer todos los esfuerzos para avanzar en esa dirección. Creo que la posibilidad de converger en un gran acuerdo sigue siendo viable, porque las divisiones de la centroizquierda hacen más fuerte a la derecha. Al menos seguiremos haciendo esfuerzos y las puertas no están cerradas.
¿Por qué ahora el PRO quiere pactar con la Nueva Mayoría? ¿Es porque es más conveniente electoralmente?
Nunca voté por la Concertación en términos personales. Me inscribí en los registros electorales para votar por Marco. Vi ahí una alternativa política que rompía una hegemonía conservadora de la Concertación. Fuimos muy críticos de eso y estuvimos en lo cierto. Pero esa Concertación terminó muriendo, terminó ampliándose a las fuerzas de izquierda, que fueron el PC, la Izquierda Ciudadana y el MAS. Y se formó la Nueva Mayoría, triunfó Bachelet enarbolando muchas banderas de las reformas que eran nuestras banderas en 2009. Y llegó a La Moneda y llevó adelante profundas reformas, algunas mal hechas, que enfrentaron a los sectores conservadores, pero que dentro de su espíritu original eran absolutamente progresistas. Nuestro acercamiento no es a la vieja Concertación, porque la hegemonía política dentro de este bloque también cambió, surgieron liderazgos más jóvenes. La Nueva Mayoría ya no es la Concertación, ya no hay hegemonía de los sectores conservadores. En el PS ya no es Escalona quien monopoliza el poder.
Pero hoy existe una alternativa más novedosa, que es el Frente Amplio. Y la inclusión del PRO es vista por algunos como una forma de frenar a ese sector…
No creo que tenga que ver con frenar al Frente Amplio. Tiene que ver con construir una mayoría que permita ofrecerles a los chilenos una gobernabilidad, una senda de crecimiento de cambio y de reforma. Tengo una enorme simpatía con muchos integrantes del Frente Amplio, muchos han sido compañeros de ruta. Fui militante de algunas orgánicas que no existen hoy, pero que dieron origen a fuerzas que hoy están en el Frente Amplio, hay coincidencias programáticas, absolutamente. Pero entendemos que nuestra diferencia hoy es que creemos que los cambios se tienen que hacer en unidad, no vetando, marginando ni construyendo muros. Y para eso, las fuerzas que han gobernado los últimos 20 años este país son muy necesarias. La DC y los partidos de la Nueva Mayoría le dan a Chile estabilidad, y los chilenos no están disponibles para aventuras como el Frente Amplio.
Dejando a ME-O de lado, ¿se sienten más interpretados por Alejandro Guillier o Carolina Goic?
Por ninguno. Los progresistas nos sentimos más cercanos a las reformas. A los cambios, a las banderas de transformación. Si tiene que ver con liderazgos, tengo el convencimiento absoluto de que Marco es el mejor liderazgo para enarbolar esas banderas. No es un tema personal, no es una obsesión por una persona. Estamos convencidos de que Marco es capaz, tiene un liderazgo, una cercanía con la gente, una madurez política, después de dos campañas presidenciales, trabajo programático de casi cinco años. Quien mejor puede enarbolar esos cambios y vencer a Piñera en segunda vuelta es un liderazgo como el de Marco.
¿Cómo Enríquez-Ominami podría pasar a segunda vuelta, según dice usted, si no marca en las encuestas? Marca cero en algunas…
Estoy convencido de que los chilenos al final del día van a valorar las convicciones, y son esas convicciones las que nos dicen que nuestra línea política y nuestra decisión no pueden estar sujetas a la encuesta de turno.