Camilo Mori: tributo a un pionero
<font face="tahoma, arial, helvetica, sans-serif" size="3"><span style="font-size: 12px;">Para la muestra Pasajero del siglo XX, la Galería Artium pidió a 123 artistas que realizaran un cuadro sobre la vida y obra de este pintor que en los años 20 trajo a Chile, desde París, la controvertida corriente modernista.</span></font>
Siempre estuvo abierto a la novedad. Nuevas técnicas, nuevos temas, nuevos 'ismos', todo era tomado en cuenta y procesado por Camilo Mori (1896-1973), un artista que además de pintar creó corriente y controversia en las artes plásticas del país. Reconocido vanguardista, Mori empezó hacia 1914 con los tecnicismos aprendidos de Alberto Valenzuela Llanos en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, para luego vincularse con el cubismo en Europa, profundizar en el cartelismo durante la década del 30 y coquetear con el pop art en sus últimos años.
Esta vida y obra dedicadas a la exploración son el centro de Pasajero del siglo XX, muestra en homenaje al pintor organizada en conjunto por la Galería Artium (Alonso de Córdova 3102) y la Asociación de Pintores y Escultores de Chile, de la que el mismo Mori fuera fundador y presidente por 16 años. En ella, 123 artistas, entre pintores y escultores, recuerdan a través de lienzos de 50 por 50 cm la trayectoria del pintor chileno. Los convocados abarcan todo el espectro del arte nacional. Consagrados pintores como Gracia Barrios, José Balmes, Omar Gatica o Ruperto Cádiz, se mezclan con las nuevas generaciones como la artista digital Yto Aranda o la pintora Nieves Mac-Auliffe. La muestra va del 25 de marzo al 17 de abril, como parte de un programa que busca difundir a los premios nacionales de Arte.
Camilo Mori, creador de los famosos El boxeador (en la foto) y La viajera, recibió este galardón en 1950. Para entonces el pintor ya se encontraba al centro de la escena artística local, a pesar de haber sido objeto del rechazo de la crítica tres décadas antes, cuando volvió de París trayendo consigo todo el rupturismo de los cubistas y los desafíos del arte abstracto. Europa fue determinante en su vida; allí se reunió con Juan Emar y Vicente Huidobro, conoció el cubismo de Juan Gris y Pablo Picasso, y perdió el aliento con una retrospectiva de Cézanne.
En 1923, Mori expuso en Santiago junto a sus compañeros de viaje, el Grupo de Montparnasse: Luis Vargas Rosas, José Perotti, Enriqueta Petit y Julio Ortiz de Zárate. Estas primeras obras del modernismo chileno les significaron el mote de 'la peste de Montparnasse', por parte del sector conservador de la crítica chilena. Sin embargo, en tan sólo cinco años, Mori había escapado al rechazo y fue director del Museo Nacional de Bellas Artes, cargo que abandonó en 1929 para guiar el viaje a París de un grupo de artistas que luego se convertirían en la Generación del 28. Ambos grupos, sin embargo, no llegarían a constituir una llegada organizada del modernismo a Chile. Más bien se trató de un episodio interrumpido y aislado que supo ponerse por encima de la mala fama inicial y abrir el camino a las nuevas generaciones.
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