Era un partido especial, no sólo por ser el clásico de Cataluña, si no también por que era el último encuentro de Guardiola como entrenador del equipo azulgrana en el Camp Nou. Un agregado también era la carrera personal de Messi por lograr el premio de Pichichi, disputado con Cristiano Ronaldo.
Y la noche fue perfecta. Primero, por que la hinchada catalana recibió a Pep como se merecía y le demostró su agradecimiento por todo lo logrado por el ex volante al mando del Barcelona: levantó tres ligas, tres supercopas españolas, una copa del rey, dos Champions League, dos mundiales de clubes y dos supercopas europeas, todo en cuatro años al mando del club.
Luego, el partido también entregó una nueva victoria para el Barcelona, goleando a su tradicional rival por 4-0 y con un Messi totalmente inspirado, marcando los cuatro tantos de su equipo, alcanzando los 50 goles en la liga y 72 en la temporada, logrando un récord histórico. Nunca nadie había alcanzado ese número de anotaciones en una temporada, y de paso casi asegura el Pichichi con 5 dianas más que "CR7".
De esta forma, se lograron los objetivos que se buscaban: ovacionar y agradecer a Pep, vencer al archirrival y que Messi consiguiera anotar para acercarse a su logro personal. Una noche redonda para el Barcelona, soñada para Lio e inolvidable para Guardiola.