Desde hace un año, grupos conservadores y republicanos han gastado más de 138 millones de dólares en un intento concertado de voltear a los electores en contra del Presidente Barack Obama. El principal motor de esta campaña, el súper comité de acción política pro-Romney Restablezcamos Nuestro Futuro, ha invertido 82,5 millones de dólares en gastos independientes, básicamente en anuncios de televisión. Hasta ahora en la campaña, la derecha ha superado a la izquierda en publicidad independiente por poco más de 3 a 1.

Los adversarios conservadores de Obama tienen mucho con qué trabajar. El ingreso medio de los hogares se ha reducido continuamente y, hasta que la Oficina de Estadísticas Laborales dio a conocer el reporte de empleo de octubre, el viernes pasado, el desempleo se mantuvo por encima del 8% durante los primeros 44 meses de la presidencia de Obama.

A pesar de esta abundancia de lastres, el índice de aprobación del trabajo de Obama durante el año pasado ha subido, no bajado. Conforme a la mayoría de los criterios, la enorme campaña anti-Obama en televisión, radio e Internet ha sido un fracaso.

El aumento de las cifras de Mitt Romney a raíz del primer debate presidencial, el 3 de octubre, de hecho revela el fracaso relativo de su publicidad electoral en general. Millones de dólares en publicidad no lograron hacer lo que hizo una actuación efectiva en el debate ... y una deprimente intervención del Presidente. Para el 6 de octubre, Romney iba a la zaga de Obama por sólo 1,4 puntos, 47 a 48,4 puntos, a nivel nacional.

Los datos del sondeo sobre la aprobación del trabajo de Obama cuentan una historia interesante. Hace un año, las tres encuestas finales de 2011 NBC-Wall Street Journal mostraban que había más ciudadanos que tenían una opinión desfavorable del desempeño de Obama en el puesto que opiniones positivas, de 51 a 44%.

La encuesta más reciente NBC-Wall Street Journal, publicada el día anterior al debate, fue realizada por el republicano Bill McInturff y el demócrata Peter Hart y encontró que este mes, después de los millones de dólares gastados por grupos conservadores como Encrucijada Estadounidense, Restablezcamos Nuestro Futuro y Estadounidense por la Prosperidad, el índice de aprobación de Obama de hecho había mejorado a una posición positiva neta de 49-48.

Las encuestas de The New York Times-CBS, The Washington Post-ABC y Gallup muestran la misma trayectoria de avance del índice de aprobación de Obama en el curso del año pasado.

En una entrevista, Jonathan Collegio, vocero de dos organizaciones republicanas, el súper comité de acción política Encrucijada Estadounidense y Encrucijada GPS, una organización de defensoría sin fines de lucro, sostuvo que la encuesta Gallup que sigue los índices de aprobación en el trabajo de Obama había mostrado una inclinación continuamente negativa antes de las convenciones de ambos partidos hace unas semanas.

Collegio observó que después de las convenciones "hubo algo de movimiento en favor de Obama. La cosa es si un grupo externo podría crear o detener el impulso que ha tenido Obama desde la convención. Ésa es una muy buena pregunta".

Carl Forti está involucrado en casi todos los aspectos de la campaña de gastos independientes contra Obama, en su calidad de fundador de Restablezcamos Nuestro Futuro, director político de Encrucijada Estadounidense y consultor de Encrucijada GPS. Él refutó la precisión de las encuestas de NBC, Gallup y otros sondeos nacionales.

"Estoy viendo números diferentes", dijo Forti en entrevista telefónica. "Creo que podríamos decir que las cifras que estoy viendo no coinciden con los números nacionales." Forti me dijo que no podía "divulgar datos de las encuestas internas".

En cambio, los funcionarios de Prioridades EUA Acción – el súper comité de acción política pro-Obama que ha gastado 36,2 millones de dólares en atacar a Romney – estuvieron más que dispuestos a ofrecer evidencias de la efectividad de sus anuncios.

Antes del debate, Brennan Bilberry, director de investigaciones de Prioridades  EUA, me envió un memorando interno con fecha de unas semanas atrás, con datos de encuestas de dos empresas de sondeos demócratas – Garin-Hart-Yang Research y Global Strategy Group – realizados con 3.800 ciudadanos de Colorado, Florida, Ohio, Penssylvania y Virginia. Según el memorando, esas encuestas descubrieron lo siguiente:

"En los cinco estados indecisos, hay más votantes con opiniones desfavorables de Mitt Romney que favorables. En promedio, el índice de Romney en esos estados es de 36 por ciento favorable y 43 por ciento desfavorable."

Obama aventaja a Romney en esos cinco estados indecisos por 48 a 42.

Para determinar la efectividad de los anuncios de Prioridades EUA, los encuestadores compararon los mercados en que se habían difundido los anuncios con aquellos donde no se habían difundido. En los "mercados de Prioridades", Obama tenía una ventaja de 49-41 sobre Romney, mientras que en los "mercado no Prioridades", la ventaja era de 46 a 43. Romney tenía una calificación neta negativa de 9 puntos, desfavorable de 44 puntos y favorable de 35 en los mercados de Prioridades; en los otros, la calificación era de 5 puntos negativos, 42 desfavorables y 37 favorables.

Es difícil determinar las razones de los resultados tan magros que han obtenido las fuerzas pro-Romney a cambio de sus enormes inversiones. En el debate de Denver, Romney hizo un esfuerzo concertado por presentar un rostro más compasivo y distanciarse de sus pifias anteriores. Esta estrategia fue mucho más efectiva que los ataques al Presidente.

Un republicano activo en la campaña presidencial sostuvo que una campaña negativa puede debilitar al presidente en funciones, pero que "sólo un retador de calidad puede convencer realmente". La fuente – que pidió el anonimato pues no quería ser citada con críticas a su partido – señaló que en 2010, las competencias por el escaño senatorial de Colorado y Nevada fueron un aluvión de anuncios que minaron la estatura de los titulares demócratas, Michael Bennett y Harry Reid, respectivamente. En ambos casos, sin embargo, los dos ganaron pues "los republicanos que se les enfrentaron eran candidatos muy malos".

En esta etapa de la campaña, Prioridades EUA ya logró detectar el punto vulnerable de Romney y utilizó una cuenta bancaria relativamente pequeña para clavar ahí el cuchillo. Los grupos contra Obama han probado muchas vías de ataque – la asistencia pública, el déficit, el lento crecimiento – pero en ninguna ha logrado la tracción que necesita el retador.

A la campaña de Romney y sus aliados conservadores les quedan cuatro semanas para capitalizar los puntos débiles de Obama. Obama quizá haya ayudado a esos grupos en su esfuerzo, con la falta de seguridad que mostró en Denver ante el viacrucis de los obreros estadounidenses. Suceda lo que suceda, va a continuar ese sondeo de las debilidades de Obama.

Los anuncios de Obama después del debate refutan las palabras de Romney en el debate de Denver, claro indicio de que los estrategas del presidente piensan que deben frenar el impulso del retador. En "¿Cómo podemos confiar en Romney?", el moderador pregunta: "¿Por qué Romney no se abre con nosotros acerca de su plan de impuestos, que les da a los ricos enormes reducciones de impuestos? Porque de acuerdo con los expertos, él tendría que aumentarle los impuestos a la clase media o elevar el déficit para pagar eso. Si no podemos confiar en él en eso, ¿podríamos confiar en él aquí?"

La palabra "aquí" va acompañada de una fotografía de la Oficina Oval.

En gran medida, la competencia en las próximas cuatro semanas será una lucha por permanecer a la ofensiva. Hasta el 6 de noviembre no sabremos si el debate constituyó un punto decisivo, pero definitivamente si le abrió espacios a Romney: un claro de luz que él y sus súper comités y organizaciones no lucrativas no habían visto en meses.