Antes de que comenzara el partido entre Palestino y la Universidad de Concepción, los árabes eran claros candidatos para quedarse con el triunfo, sobre todo porque jugaban de local y venían de cumplir una gran campaña el semestre pasado. Sin embargo, el Campanil dio la sorpresa y se regresó con los tres puntos al sur, gracias a su triunfo por 1-2.

Lo curioso es que los universitarios habían pedido la suspensión del partido a la ANFP, por los incendios forestales que afectan la zona. Quizás el resultado hubiese sido otro si la diligencia llegaba a buen término para ellos.

A los 21', Jonathan Benítez abrió la cuenta. Y la sorpresa se hizo mayor cuando, al cierre de la fracción. Renato Tarifeño aprovechó una desconcentración de la zaga del equipo de Nicolás Córdova y estiró las cifras.

En la segunda mitad no ocurrió mucho más. Palestino no pudo y no supo asumir la responsabilidad de ir en busca del partido. Tras una media hora trabada entre ambos equipos, Mauro Caballero (reciente fichaje de Palestino en reemplazo de Leandro Benegas), pudo descontar a los 76' con complicidad de Camargo. El 6 de los amarillos desvió levemente la trayectoria del balón.

Se esperaba que el gol rompiera la monotonía y despejara las ideas de los locales. No fue así. El duelo se hizo todavía más enredado. La verdad es que fue la propuesta de los visitantes, que se preocuparon en medioterreno de cortar todos los circuitos que le han dado tantos réditos a los árabes. En esa tarea fue clave el despliegue de dos jugadores: Camargo y Manríquez (salió expulsado casi al cierre), quienes consiguieron neutralizar el juego propuesto por Valencia, Silva y Carmona. De esta manera, lograron aislar a Caballero, que no volvió a tener ocasiones claras para anotar.

Así, Universidad de Concepción logró imponer sus términos, pese a no haber tenido tanto la posesión del balón y se llevó los tres puntos debido a que fueron más astutos que sus rivales en momentos claves del cotejo. El partido, posiblemente, salió tal como lo había planificado la banca.

La victoria se festeja por partida doble en las filas del Campanil. No sólo por partir con el pie derecho del Clausura, sino también por la lucha de los penquistas por salir de los últimos lugares de la tabla del descenso.