El Ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, entregó la Medalla "Dag Hammarskjöld al Servicio de la Paz" a los familiares de la abogada Andrea Loi Valenzuela, fallecida en el terremoto que el pasado 12 de enero afectó a Haití, mientras trabajaba en la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) en Puerto Príncipe.
Durante la ceremonia celebrada en el edificio de la Cancillería a la que asistieron los padres y los hermanos de Loi, el canciller afirmó que "el motivo que nos junta es entregar un reconocimiento a una compatriota por servir a los más necesitados lejos de su patria, lejos de su familia, una chilena que nos ha honrando con su legado de servicio, amor y trabajo por un mundo mejor".
Este reconocimiento es una distinción que otorgan las Naciones Unidas como un homenaje póstumo en tributo al sacrificio de aquellos que han perdido la vida prestando servicios en operaciones de mantenimiento de paz.
En este caso el organismo internacional entregó el reconocimiento al gobierno chileno para que se hicieran parte de este reconocimiento y hacérsela llegar a la familia.
"Este merecido homenaje para los hombres y mujeres que han dado su vida al servicio de la paz, busca manifestarle a la familia y a los amigos de Andrea el agradecimiento y la admiración de la comunidad internacional, pero también muy particularmente de Chile, por haber entregado su vida persiguiendo el noble propósito de proteger y velar por un futuro mejor para los más necesitados", aseveró el canciller.
Loi Valezuela llegó a la isla caribeña en marzo de 2005, como parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití. Y antes de su muerte se desempeñaba en la Unidad de Investigaciones Especiales de la sección de Derechos Humanos de dicha misión.
Al momento del devastador terremoto de 7,0 grados en la escala de Richter, la abogada chilena se encontraba al interior del Cuartel General de ONU en Puerto Príncipe, estructura que resultó totalmente destruida.
El cuerpo fue encontrado sin vida el domingo 17 de enero por rescatistas de fuerzas internacionales bajo los escombros del hotel Christopher, donde funcionaba la oficina de las Naciones Unidas.