Moscú arremetió hoy contra las recientes detenciones de varios líderes separatistas prorrusos en el sureste de Ucrania y tildó de "caza de brujas" las acciones de las autoridades de ese país.

"Las informaciones de los medios permiten hablar del inicio de una caza de brujas, persecuciones masivas de opositores, acoso a políticos y represalias contra todos los que se atreven a expresar su desacuerdo con las autoridades", afirmó la Cancillería rusa en un comunicado publicado en su página web.

El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso manifestó, en particular, su profunda preocupación por el estado físico de Pável Gúbarev, "gobernador popular" autoproclamado de la ciudad de Donetsk, detenido por las autoridades el pasado 6 de marzo.

"A principios de marzo, fue secuestrado por las fuerzas de orden ucranianas y acusado bajo argumentos falsos de organizar desórdenes masivos e intento de escisión de Ucrania", según la nota.

Moscú denunció que Gúbarev "fue sometido a torturas y ahora está en huelga de hambre", todo eso confirmado, según la nota, por una misión especial de la OSCE.

La diplomacia rusa también se mostró inquieta por las informaciones en algunos medios sobre la construcción de centros de detención especiales, supuestamente para inmigrantes ilegales.

"No hay tanta cantidad de ilegales en Ucrania, mientras esas instalaciones, según los medios, recuerdan mucho a los campos de concentración nazis", aseveró la Cancillería rusa.

De este modo, "involuntariamente nos surge la pregunta de si el régimen de Kiev planea recluir allí a los ciudadanos disconformes de las regiones surorientales del país", añadió.

Según Moscú, "todos esos testimonios no se corresponden de ninguna manera con las normas de la OSCE y el Consejo de Europa, así como con los compromisos que asumieron las autoridades en Kiev en la reunión de Ginebra del pasado 17 de abril para amnistiar a los participantes en las protestas".

Rusia reiteró su llamamiento a "liberar inmediatamente" a Gúbarev y a otros "presos políticos del régimen de Kiev".

En tanto, el embajador ruso ante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), Andrei Kelin calificó hoy de "irresponsable" y de "provocación" la presencia en el este de Ucrania de inspectores militares europeos, siete de los cuales fueron retenidos el pasado viernes por milicianos prorrusos, que hasta la fecha han liberado sólo a uno.

El diplomático ruso explicó que la población del este de Ucrania, en gran parte prorrusa, teme una pronta "agresión militar" de parte de las fuerzas ucranianas, que han enviado a la zona "unos 11.000 soldados y cientos de tanques". 

"Traer inspectores militares en una situación así fue muy irresponsable", censuró Kelin en declaraciones a la prensa.

Si bien criticó la presencia de los militares europeos, el diplomático ruso reconoció que su pronta liberación "sería un buen paso hacia una rebaja de la tensión en el conflicto".

"Esperamos que las negociaciones sigan adelante. Espero que tengan éxito", dijo Kelin, al aclarar que Moscú no sólo coopera con palabras "sino también con medidas".