La captura de Abimael Guzmán estaba programada para el 15 de septiembre de 1992. El GEIN (Grupo Especial de Inteligencia de la Dirección Contra el Terrorismo de la Policía Nacional del Perú) tenía monitoreada a prácticamente toda la cúpula de Sendero Luminoso en Lima y la caída del "Presidente Gonzalo" era inminente. Sin embargo, una acción de los agentes José Luis Gil y Guillermo Bonilla cambió los planes. El 12 de septiembre, Gil -que se había integrado al GEIN apenas dos años antes- arrestó en la avenida México a un sujeto conocido como el "zorro", que lo hizo pensar que estaban muy cerca de la cúpula senderista. El "zorro" era nada menos que Zenon Walter Vargas Cárdenas, el coordinador nacional y enlace entre la cúpula senderista y los otros entes del grupo armado.
"Primero se detuvo al 'zorro' en la mañana, eso propició que la operación se adelante y en la noche del mismo día se capturó a Abimael Guzmán", cuenta el ex agente Gil a La Tercera. Pero antes, tuvo que convencer a Benedicto Jiménez, quien estaba al mando del GEIN, que seguía el rastro de Abimael Guzmán.
"Tras la aprehensión del 'zorro', la operación se debía llevar en las horas siguientes de manera inexorable. Este adelanto, no desobediencia, hizo que Jiménez me llamara a su oficina y me preguntara por qué lo hice, a lo que le respondí que mi intuición decía que 'se van a escapar'. "Incluso ofrecí mi cargo y grado si la operación fracasaba", sostiene José Gil.
Pero el coronel Jiménez siguió la intuición de su subordinado. A este agente la noticia del arresto de Guzmán lo pilló en un operativo en el domicilio del "zorro": "Al ingresar a la casa, encontramos a tres sujetos y armas que demostraban que estábamos muy cerca de la cúpula terrorista. En medio de esa revisión, las radios irradiaron mensajes desesperados que indicaban que 'había caído el cachetón': Abimael Guzmán".