Un nuevo estudio señala que las características faciales de un niño ayudarían a explicar el origen del autismo, ya que un niño con esta enfermedad presenta diferentes rasgos que un niño normal.

La investigación, aparecida el 14 de octubre en la publicación Autismo Molecular, comparó los rasgos faciales de 64 niños con autismo, con los rostros de 41 niños normales, entre 8 y 12 años. Después de mapear 17 puntos de la cara con una cámara 3D, los investigadores encontraron resultados significativos entre los dos grupos.

Los niños con autismo tenían ojos más amplios y una frente más grande, comparados con los de un niño normal. Los niños con autismo también presentaban una región más corta en la parte media de la cara -incluyendo la nariz y las mejillas-, así como una boca más amplia y pronunciada en la parte debajo de la nariz y encima del labio superior.

El estudio también encontró que los niñps con un autismo más severo y que presentan problemas de conducta, de lenguaje, comportamientos repititivos, tenían rasgos faciales diferentes a los de un niño con autismo medio.

"Aún no está claro si el autismo es causado por la genética o por factores ambientales", dice la doctora Kristina Aldridge, de la Universidad de Missouri. "Si podemos identificar cuándo se producen estos cambios faciales, podríamos determinar cuándo el autismo comienza a desarrollarse en un niño", dijo.