Caravaggio, Rembrandt y el Bosco: los hallazgos del arte en 2016
La pintura encontrada en un granero en Toulouse en 2014, y que ahora es atribuida al pintor italiano, no es la única obra maestra que sale a la luz. Este año se presentaron piezas desconocidas de El Bosco y Rembrandt, que se suman a una serie de nuevas atribuciones, desde Da Vinci a Van Gogh, producida en los últimos cinco años.

Ya nadie se sorprende: el hallazgo de obras inéditas o que se creyeron perdidas de grandes maestros de la pintura universal, se ha vuelto más común de lo que se cree. Las sospechas han existido siempre; sin embargo, los avances tecnológicos han permitido que los investigadores del arte afirmen con más seguridad y pruebas cuando una obra es auténtica o no, aunque el debate al respeto siempre aparece.Sucedió esta semana con el pintor barroco italiano Caravaggio, de quien se asegura haber encontrado una nueva pintura: Judith decapitando a Holofernes. La obra estuvo escondida en el ático de una casa en Toulouse, hasta que en 2014 una fuga de agua llevó a que los propietarios dieran con el tesoro. Luego de dos años de análisis y 20 expertos consultados, este martes se presentó en París el cuadro bajo la firma de Caravaggio. "Usted ve cómo está hecha la pincelada, un copista o un artista mediocre no sabe hacerlo así", dijo el experto Eric Turquin, quien afirmó que el italiano la habría pintado al final de sus días, entre el 1600 y 1610.
La obra se suma a otros dos descubrimientos en lo que va el 2016; y más aún, a una lista de obras excepcionales que en los últimos cinco años han salido de su anonimato para convertirse en verdaderas joyas. Aquí sus historias.
El Bosco
En febrero de este año, investigadores holandeses confirmaron que Las tentaciones de San Antonio, obra que estuvo clasificada por años como trabajo de un aprendiz de El Bosco y guardada en un almacén del Museo de Arte Nelson Atkins en Kansas, EEUU, era en realidad obra del pintor flamenco. De inmediato, el cuadro se transformó en la atracción principal de la exposición que este año homenajea al artista a 500 años de su muerte, en su ciudad natal de Den Bosch, en Holanda. La confusión en la autoría se debería a una restauración mal hecha en 1940, que escondió los trazos originales y que ahora pudieron ser detectados a través de reflectografía infrarroja, por los expertos del Proyecto de Investigación y Conservación El Bosco. Así mismo, el equipo también se refirió a otros cuadros pertenecientes al Museo del Prado que no serían originales del pintor, como La extracción de la piedra de la locura y Mesa de los pecados capitales. La institución española ha rechazado los informes.
Rembrandt
En marzo pasado, en el contexto de Tefaf, la feria de arte y antigüedades más reputada del mundo, que se realiza cada año en Maastricht, Holanda, se anunció el hallazgo de un nuevo cuadro del holandés Rembrandt van Rijk, que hasta ahora se creía perdido. Se trata de El paciente desvanecido, un pequeño cuadro de 21,6 x 17,8 centímetros, pintado por el maestro cuando solo tenía 18 ó 19 años. La galería parisina Talabardon & Gautier compró la tela en una casa de subastas en EEUU, donde sólo se había clasificado como un obra del siglo XIX, pero de autor desconocido.
El cuadro pertenece además a una serie de cuatro piezas sobre los sentidos: El vendedor de gafas (la visión), Tres cantantes (el oído) y Operación de piedra (el tacto). Quién sabe si "el gusto" pudiese ser la futura obra a descubrir.
Van Gogh
En 2013, el Museo Van Gogh en Amsterdam anunció el descubrimiento de una nueva obra maestra del pintor: Puesta de sol en Montmajour, datada en 1888 y que, tal como el cuadro de Caravaggio, estuvo por años en el ático de un coleccionista noruego, quien pensaba que en 1980 había comprado una obra falsa. Según el museo, la atribución se hizo luego de una amplia investigación, realizada por Louis van Tilborghen y Teio Meedendorp, sobre el estilo, la técnica, pintura, lienzo y las propias cartas de Van Gogh. El resultado no sólo fue positivo para el autor de Los girasoles, sino que se concluyó que la obra forma parte de un grupo especial de trabajos experimentales que funcionaron como transición hacia una pintura más pastosa y de pinceladas más gruesas.
Velázquez
Estuvo por siglos en una colección privada de Munich bajo la suposición de que era de otro autor, hasta que en 2012 Carmen Garrido, jefa del Gabinete de Documentación Técnica del Museo del Prado, hizo el anuncio: existe un nuevo Diego de Velázquez. Se trata del retrato de Sebastián de la Huerta, secretario de Felipe IV. Las sospechas venían desde los años 80, las que ahora se comprueban gracias a un aparato técnico y científico que permitió cotejar el cuadro con otras producciones del autor de Las Meninas. El informe se hizo publico a través de la revista Ars Magazine.
Da Vinci
La silueta no llamó demasiado la atención cuando Christie's la sacó a la venta en 1998. Algunos la calificaron como una realización germana del siglo XIX y otros como una clara falsificación del XX, aunque eso no detuvo la compra que hizo un marchante de la obra por 21 mil dólares.
Casi una década después, el dibujo fue adquirido por un amante del arte renacentista, quien le envió una fotografía a Martin Kemp, profesor de Historia del Arte en Oxford y uno de los principales expertos en la obra de Leonardo Da Vinci. El profesor Kemp tuvo una corazonada al sólo verla por primera vez: era obra del florentino. Luego de varios análisis y la ayuda de otros expertos, Kemp anunció en 2011 el hallazgo de una nueva obra del autor de la Monalisa. La bella Principessa, un retrato de Bianca Sforza, hija del duque de Milán, corte en la que da Vinci trabajó durante la década de 1490. Según Kemp, el dibujo hecho en pergamino antiguo con tizas de colores y tinta habría sido arrancado de un antiguo libro sobre la familia Sforza, ejemplar que está en la Biblioteca Nacional de Polonia en Varsovia. La historia fue parte de un documental de National Geographic y la teoría de Kemp fue apoyada por expertos como Carlo Pedretti, docente de la Universidad de California; Nicholas Turner curador del Museo Británico, y Alessandro Vezzosi, director del Museo Ideale Leonardo da Vinci, en Vinci, Italia. En 2015, la atribución tambaleó luego de que el célebre falsificador británico Shaun Greenalgh, quien en 2007 fue sentenciado a cuatro años y ocho meses por otras falsificaciones de Paul Gauguin, Otto Dix y antiguas esculturas romanas, asegurara al diario Sunday Times que era él el verdadero autor. La obra sigue en tela de juicio.
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