El cardenal brasileño Odilo Scherer, sustituido recientemente por el Papa Francisco de la comisión cardenalicia que vigila el banco vaticano, afirmó en una entrevista a un diario de Brasil que no tenía conocimiento de fraudes o desvíos de dinero en la entidad vaticana.

"No tengo conocimiento (de actividades deshonestas). Lo que sí sé, es que hay un control mucho más severo en cuanto a la apertura de cuentas, el movimiento de capitales", afirmó Scherer en una entrevista concedida al diario Folha de Sao Paulo.

El pasado 15 de enero, el Papa Francisco renovó con nuevos miembros el mandato de la Comisión cardenalicia creada por Benedicto XVI para vigilar el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado banco vaticano, meses después de los escándalos financieros surgidos en el seno de la entidad.

Scherer, arzobispo de Sao Paulo, dijo no sentirse sorprendido por la decisión del Papa, pero lamentó que se haya realizado una asociación "injustificada" entre los cambios llevados a cabo por el pontífice y los escándalos de la Iglesia. 

"Creo que fue hecha injustificadamente una asociación entre una cosa y otra. Fue una decisión autónoma y soberana del Papa. No tengo nada que decir, sólo agradecer. Estoy absolutamente tranquilo con los cambios. Éstos están ocurriendo en toda la Santa Sede. Son absolutamente normales cuando hay cambios de Gobierno", apuntó.

Aseguró que de lo que sí se sintió sorprendido fue de la "facilidad con que se deducen cosas a partir de informaciones totalmente sin veracidad" y añadió que no es la primera vez en que se cuestiona el papel del IOR.

"Hace unos años hubo una aprehensión de algunos millones de euros por el Banco Central de Italia. Después la justicia liberó el dinero porque no había irregularidad, era una venta de patrimonio. Lo triste es que se hizo alarde de que hubo lavado de dinero, de que el Ior estaba procediendo como paraíso fiscal", precisó.

Para el cardenal, ello no quiere decir que "no hayan hechos", pero, a su juicio, "es preciso verificar" y "es lo que está siendo hecho".

"El control sobre el IOR no está empezando ahora. El Papa Bendicto XVI ya había bajado órdenes para adecuar la gestión a las normas de transparencia, a las cuestiones de cuentas oscuras, de lavado de dinero. Es un esfuerzo que viene de más tiempo y que debe ser constante", comentó.

En su opinión, "donde hay dinero, hay tentación" y "la gestión de los recursos de la iglesia deber recibir atención para que no haya ninguna deshonestidad". 

También este mes, el prelado italiano Nunzio Scarano, arrestado en junio por un delito de lavado de dinero, volvió a recibir una nueva orden de detención domiciliaria por más cargos en relación con las irregularidades cometidas en la gestión del IOR.