¿Cómo se buscan los consensos al interior del cónclave si tras la primera votación no hay acuerdo?
Las Congregaciones Generales previas al cónclave permiten a los cardenales ir definiendo el perfil del Papa y pensando en candidatos que reúnan esas características. Una vez al interior de la Capilla Sixtina, sin embargo, la dinámica cambia. Sólo en ese momento, las especulaciones de los días previos se acaban y quedan en evidencia los nombres con verdaderas posibilidades. Pero de no existir una figura clara, comienzan los movimientos de votos, donde se vuelven decisivos algunos cardenales, conocidos como "grandes electores" -purpurados que tienen clara influencia sobre sus pares-. En este caso, figuras como Giovanni Battista Re o Karl Lehmann pueden jugar un importante rol.
¿Cómo se dio ese proceso en cónclaves anteriores?
En el caso de la elección de Benedicto XVI, su opción tomó rápidamente fuerza y fue atrayendo las preferencias de los cardenales. Distinto fue el caso del segundo cónclave de 1978, donde fue elegido Karol Wojtyla. En esa ocasión, los candidatos fuertes eran el arzobispo de Génova, Giuseppe Siri, y el arzobispo de Florencia, Giovanni Benelli, pero luego de que las votaciones se estancaron y ninguno parecía capaz de alcanzar los dos tercios, el arzobispo de Viena, Franz König, planteó la opción de Wojtyla. Al final, logró sumar los votos y se convirtió en el gran elector de ese cónclave.
¿Cuánto han durado los últimos cónclaves?
La elección de Joseph Ratzinger en 2005 demoró menos de 24 horas y Benedicto XVI fue elegido en la cuarta votación. Durante los últimos 60 años, la elección más larga fue la de Juan XXIII, que duró cuatro días y 14 votaciones. En el caso de Pablo VI, el Papa fue elegido al tercer día (seis votaciones), y en el de Juan Pablo I, los cardenales demoraron apenas cuatro escrutinios. La elección de Juan Pablo II, pese al estancamiento de la votación entre Siri y Benelli, duró ocho escrutinios. La elección más larga de la historia fue la de Gregorio X, en 1271, que duró casi tres años, y los cardenales fueron presionados, incluso, con el racionamiento de la comida para que tomaran una decisión.
¿Los cardenales favoritos son normalmente elegidos?
El dicho popular sostiene que quien entra Papa a un cónclave, sale como cardenal. Pese a ello, en los últimos cónclaves varias veces fue elegido el favorito. Es el caso de Ratzinger, de Giovanni Battista Montini (Pablo VI) y de Eugenio Pacelli (Pío XII). Wojtyla, en cambio, fue una sorpresa, y Angelo Roncalli, si bien no estaba en la primera línea de favoritos, era claramente una opción, al ser patriarca de Venecia.