Si de reputación se trata, Carlos Salvador Bilardo (75) tiene una amplia ventaja. Al menos en el Primer Congreso de Entrenadores, organizado por el INAF, el Colegio de Técnicos de Chile y la ANFP, así se lo hicieron saber.
El técnico campeón con Argentina en el Mundial de México 1986 fue referencia de todos los expositores de la primera jornada del simposio, y apelativos como "maestro" o "referente" se multiplicaron con el correr del día.
El ex DT de Estudiantes de La Plata hace una pausa a las fotos y los apretones de mano para dialogar con La Tercera y entregar su visión acerca del fútbol actual y proyectar la Copa América de Chile del próximo año.
Usted siempre ha sido relacionado con el sistema de juego de "ganar o morir". ¿Qué opinión le merece que, en la actualidad, algunos de los principales equipos del mundo opten por el buen toque y al juego asociado casi como el único camino al éxito?
La filosofía de ganar o morir la aprendí en la Facultad de Medicina. Ahí el asunto era aprobar o no aprobar. En el fútbol, como en cualquier industria, lo fundamental es ganar. Pasa en todos lados. Es una secuencia: si no ganas, la gente no va a la cancha. Si no hay público, no hay recursos. Sin plata no se pueden comprar buenos jugadores y sin buenos jugadores no se pueden conseguir los resultados. La ecuación parece simple, pero no lo es. Cada uno tiene su método. Nadie es dueño de la verdad, pero cada técnico tendrá que responder por los resultados. Por eso este tipo de actividades son fundamentales para el intercambio de ideas y conocimientos.
En Argentina y otros países siempre se habló del "bilardismo" y el "menotismo" como los modelos a seguir en este deporte. ¿Le parece que eso es válido actualmente?
El fútbol es una actividad en constante evolución. Ya se acabó eso del bilardismo y el menotismo. Lo que importa es obtener resultados y está claro que hay muchos caminos para ganar y cada uno tendrá que hacerse responsable si le resulta o no.
¿Qué opinión le merece el momento que atraviesa la selección chilena?
Históricamente he visto buenos jugadores en Chile. Me tocó coincidir como jugador en una época muy buena a fines de la década de los sesenta. Recuerdo mucho a Alberto Quintano, un tremendo futbolista. De la actualidad no me gusta hablar mucho, siento que sólo los entrenadores pueden hacerlo. Yo te puedo hablar de Marcelo Salas, de Iván Zamorano, que fueron tremendos jugadores y que dejaron muy bien puesto el nombre de Chile.
Pero en otras entrevistas, por ejemplo, usted ha elogiado el nivel de Aléxis Sánchez.
No hay duda que es un grandísimo jugador. Pero Chile siempre ha tenido buenos futbolistas. Para mí, por ejemplo, Elías Figueroa fue uno de los mejores del mundo y, por ende, es uno de los mejores de la historia. Este país, desde siempre, ha tenido buenos jugadores y buenos equipos.
¿Siente, eso sí, que desde hace algún tiempo el salto de Chile ha sido más significativo? ¿Está de acuerdo con aquellos que hablan de una tendencia "bielsista" en el fútbol chileno?
Está bien que Chile haya tomado el modelo Bielsa como ejemplo de desarrollo. Acertó en eso. Marcelo tuvo su momento en Chile y lo aprovechó. Igual que los jugadores. Lo mismo está pasando, por ejemplo, con Diego Simeone en España. Es su momento y lo está aprovechando para dejar una huella. Lo importante de todo esto es que no sean casos aislados o excepciones. Lo ideal es poder mantenerse arriba. Lo fundamental de cualquier idea es poder mantenerla en el tiempo.
¿Cómo se imagina la Copa América del próximo año? ¿Chile se puede considerar favorito?
La Copa América va a ser un lindo torneo y Chile tiene la ventaja de ser local. El dueño de casa, generalmente, se hace muy fuerte y es candidato al título. Eso sí, en este caso, creo, va a depender mucho de cómo esté el entusiasmo de la gente, pero lo que tiene que hacer Chile, para aspirar al título, más allá de lo que se diga o especule, es no perder la calma, y utilizar el ambiente a su favor.
En este congreso la mayoría de los expositores han usado su nombre como referencia. Muchos, incluso, lo llaman "maestro". ¿Qué siente con eso?
Me llena de orgullo que muchos se refieran a mí de esa forma. Lo único que he hecho es desarrollar mi vida en torno al fútbol. He vivido ciento por ciento para esta actividad. Está bueno que a uno se lo reconozcan, pero la verdad es que siempre le dí prioridad al fútbol por sobre todas las cosas, incluso mi familia, y eso no está bien tampoco.
¿Tiene pensado volver a asumir un rol más protagónico y tomar la dirección técnica de algún equipo?
No, no creo que vuelva. Ya está. Antes de terminar el Mundial hablé con Julio Grondona para decirle que me alejaba, que quería dedicarme a otras cosas. Lo mismo le dije a (Alejandro) Sabella. A pesar de que siempre estaré con los jugadores y los directivos porque uno no puede desligarse de la actividad, sin embargo ya han sido muchos años de trabajo y, por lo mismo, el desgaste ha sido inmenso.