La votación de la Presidenta Bachelet esta mañana quedará grabada en la memoria de muchos: se le quedó el carnet en la mesa de votación antes de realizar el punto de prensa. Y cuando ya se había retirado de la sede de votación, los vocales de mesa se percataron de que la Mandataria no había firmada el acta, por lo que tuvieron que llamarla para que se devolviera a firmar.
Y este peculiar episodio trajo rápidamente a la memoria otro chascarro protagonizado por algún personaje del mundo político en elecciones municipales.
En octubre del año 1996, el entonces ministro del interior de Eduardo Frei, Carlos Figueroa, participó en un bochornoso episodio al votar en el Instituto Superior de Comercio. Al momento de sufragar, Figueroa presentó su licencia de conducir en vez de su cédula de identidad, lo que fue inmortalizado por los medios de comunicación que estaban cubriendo las elecciones.
En la mesa no le pusieron problemas por usar la licencia y la votación se realizó de manera normal, pese a que la ley es estricta al decir que solo se puede votar con la cédula de identidad o el pasaporte. Por esta razón la prensa encaró al ex secretario de estado, quien negó todo calificando el hecho como "la última estupidez que se podría decir".
Sin embargo, más tarde debió ofrecer disculpas públicas por su poca diligencia al momento de votar y volvió a la mesa a presentar su carnet a los vocales y enmendar su error.