"Me da vergüenza ser director de Azul Azul, por todas las decisiones incorrectas que se han tomado. Nunca hemos sido consultados cuando deciden un refuerzo y ahora al técnico". Estas palabras fueron pronunciadas en diciembre de 2010 por Carlos Heller Solari, justo cuando llegó Jorge Sampaoli a la banca universitaria, desechando la opción de Diego Simeone.

De seguro, en ese momento jamás pensó que la era del hoy entrenador de la Selección Chilena tendría como punto cúlmine el primer título internacional de los azules. Quizás tampoco que hoy se consolidaría como el mayor accionista de Azul Azul con un 39% de la propiedad, lo que le otorga el control de la mesa.

Lo cierto es que Azul Azul es sólo una de las entidades en que Heller tiene participación. De hecho, forma parte de 14 directorios de distintas empresas y tiene participación en 16 firmas de rubros distintos.

Carlos Heller es descendiente de una familia ligada a los negocios. Es hijo de Liliana Solari Falabella -propietaria del holding Bethia y bisnieta de Salvatore Falabella, fundador de la tienda del mismo nombre- además, entre otros nexos, es sobrino de Juan Cuneo, presidente de dicha cadena de retail.

Heller, de profesión Técnico Agrícola titulado en Inacap, es presidente de dicho holding, el quinto grupo económico más rico de Chile, con un patrimonio de US$ 4 mil millones.

Bethia tiene participación en diferentes rubros: Retail (Falabella), agrícola, transportes (Latam), comunicaciones (Mega), hípica (Club Hípico), inmobiliarias (Titanium), vitivinícola, salud (Colmena Golden Cross y Clínica Las Condes) y sanitarias (Aguas Andinas).

Vinculado a Universidad de Chile, Heller probó suerte como arquero en las inferiores azules, pero no tuvo éxito. Y en 2005, se postuló a la presidencia de la Corfuch pero no fue elegido. En esa época, fue uno de los principales defensores de la llegada de las sociedades anónimas a los clubes nacionales.