Una piocha con el número 7 adornó el chaleco de Carlos Larraín durante todo el domingo. Así fue a misa y trabajó en los últimos aprontes para la elección del 17 de noviembre, evidenciando el respaldo que su partido, RN, ha buscado brindarle a la abanderada oficialista, Evelyn Matthei. "Creo que puede ganar. No todos los golpes de suerte tienen que pertenecer a la izquierda", dice, aunque califica como un "error" la declinación de la candidatura presidencial de Laurence Golborne.
¿Cómo ve las posibilidades de Matthei para la elección?
Está recién perfilándose, tiene suficiente profundidad como para presentar un abanico amplio de lo que es la Alianza, pero siempre que no la tapen y la dejen hacer lo suyo. La he visto bien en las últimas entrevistas: se está sabiendo mejor cuál es la disyuntiva del 17.
Ustedes hablan siempre de pasar a segunda vuelta, como si esa fuera la meta. ¿No se está transformando esto en una candidatura testimonial?
Esta fue una candidatura que partió con problemas, porque se desconoció el resultado de la primaria. Tiene, entonces, un pecado original grave, pero no por eso es testimonial. La candidata no ha sido pasiva. En RN nos hemos jugado enteros, y eso que no nos sentimos precisamente regaloneados por el comando. Cien palomas por candidato a diputado y tres mil volantes. ¿Con eso se puede hacer una campaña? Pero no es una campaña testimonial. Lo que encierra la segunda vuelta es la posibilidad de que se decanten más los votantes y que ahí no vote la izquierda por las mismas razones que nos afectan a nosotros.
Creo que Matthei puede ganar. No todos los golpes de suerte tienen que pertenecer a la izquierda, alguna vez nos tocará alguno.
¿De verdad cree que Bachelet no será presidenta?
Creo que Matthei puede ganar. No todos los golpes de suerte tienen que pertenecer a la izquierda, alguna vez nos tocará alguno. Falta tiempo. En segundo término, es importante que la derecha logre mantener el umbral de votos que acumula habitualmente, por encima del 40%. Si eso se consigue, el equilibrio político se podría mantener mejor. Por eso es bueno que batallemos hasta el final.
En la Alianza hay preocupación por la posibilidad de que el electorado de derecha no vote el 17 de noviembre. Han hecho llamados para motivarlos. ¿En qué sentido contribuyen, entonces, los dichos de Lavín respecto de que sería una "sorpresa" y una "hazaña" ganarle a Bachelet?
Me parece una mala noción, pero de que es difícil, es difícil. Creo que Matthei asumió eso desde el primer momento.
La figura de la derecha mejor evaluada en la última encuesta CEP fue Laurence Golborne. ¿Fue un error de la UDI bajarlo de la carrera presidencial?
Yo creo que fue un error bajarlo, claro que sí. Debieron permitir que ese tema se decidiera en la primaria. ¿Para qué hicimos todo el empeño que hicimos? La primaria nos chupó muchas energías, mucha fuerza. Reunimos 800 mil votos, que no deja de ser, conocidos los hábitos mentales de nuestra feligresía. Y todo ese esfuerzo, perdido. Ese debió haber sido el pedestal de nuestra campaña política. Y ahí habríamos sabido quién era quién. Pero les vino pánico escénico en la UDI, y lo bajaron. Creo yo que fue una equivocación.
¿Fue una equivocación, porque es la figura mejor evaluada de la derecha hoy?
Pero si eso te lo prueba, pues. Era ya entonces la figura mejor evaluada frente a Michelle Bachelet. El otro día estuve revisando unos diarios viejos… Fue un error, un error camotudo. El electorado nuestro está turnio. No saben para dónde mirar. Eso es lo que les pasa.
¿Qué viene en la derecha después de la elección?
Todo depende de si nuestras huestes se levantan o no el domingo a votar. Ahí está nuestro gran déficit: no hemos sabido entusiasmar a nuestro electorado normal, el que casi siempre nos da en torno al 40%. Ese es nuestro pecado, y ahí es donde tenemos que hacernos muchas preguntas, mucha gente, no sólo los partidos.
¿Se necesitará una renovación y apertura, como plantean los impulsores de la "nueva derecha"?
Hemos sido ultraabiertos. Los de la nueva derecha han sido los que han bloqueado la apertura. Salario mínimo. ¿Quién se puso en contra? El sector, comillas, liberal de RN. La mitad de ellos están hoy cuestionados por un desfalco en Valparaíso, en fin. El binominal. ¿Quién le puso la proa al empeño de la directiva, que viene del 2006? El sector liberal, particularmente el "segundo piso", que ha frenado de manera consistente el cambio sensato del binominal.
El gobierno está obcecado en que no haya aumento de parlamentarios
¿Qué futuro le ve a esa modificación? La mesa de RN impulsó una propuesta con la DC, pero después el gobierno sacó una fórmula alternativa…
El gobierno está obcecado en que no haya aumento de parlamentarios. Es un error conceptual y táctico, porque es imprescindible para mejorar la proporcionalidad del sistema, que es lo que está en cuestión, ya que redunda en su legitimidad. O lo hacemos ahora, bien hecho, o se puede inventar cualquier sistema mefistofélico y probadamente malo, como un proporcional absoluto, si es que la Concertación obtiene ocho doblajes.