“El Banco Central ha revisado apropiadamente sus medidas económicas”. Así de clara es la opinión del ex presidente del instituto emisor Carlos Massad, respecto de las decisiones que ha tomado el Consejo del BC para contener la inflación que se ha ubicado por sobe el rango meta (2%-4%) durante casi dos años.

Si bien coincide en que el Indice de Precios del Consumidor (IPC) a diciembre de 2016 se ubicará dentro del rango, enfatiza que dicha convergencia recién se observará en la última parte del año.

En medio de las críticas por el “optimismo” de las proyecciones de crecimiento para 2016 contenidas en el Informe de Política Monetaria (Ipom) de diciembre, el también ex ministro de Salud de Eduardo Frei asegura que el PIB se ubicará en el límite inferior del rango estimado por el BC (2%).

Para revertir el débil crecimiento económico, plantea, es fundamental mejorar las expectativas de consumidores y empresarios. Desafío, dice, donde el sector político jugará un rol fundamental, y donde critica “una falta de visión clara del futuro”.

Varios economistas calificaron de optimistas las expectativas de crecimiento para 2016 (2%-3%). Sin embargo, Rodrigo Vergara   señaló que eran “realistas”. ¿Cómo las califica usted?  

Creo que están dentro del rango, pero pegadito al límite inferior. (…) Si algún economista piensa que tendremos una recesión el año próximo, está totalmente equivocado. No vamos a tener una recesión, vamos a estar creciendo poco, pero vamos a crecer, y eso es importante en un ambiente en el cual la región tendrá costalazos muy fuertes.

¿Cómo evalúa la labor de Rodrigo Vergara en el Central?

La principal preocupación que debiera tener el Banco Central es la inflación y estoy convencido que los niveles de tasas de interés que hemos tenido por mucho tiempo son de un grado de estímulo enorme a la economía (…) Sin embargo, en las actuales circunstancias, la economía no responde a esos estímulos, entonces hay que tener extremo cuidado en no incentivar estímulos creyendo que van a producir crecimientos cuando realmente no lo harán, y en cambio sí pueden mantener durante un tiempo más prolongado la inflación por encima de la meta. El Banco Central ha revisado apropiadamente sus medidas económicas, pero tengo la impresión de que hay mucha gente que piensa que el resultado de la economía en términos de crecimiento se da por factores monetarios y yo no lo veo así.

Entonces, ¿qué grado de responsabilidad tiene el BC en que la inflación haya estado por casi dos años fuera de su rango?

Alguna tiene, pero no mucha. No corresponde culpar al Banco Central, porque ha habido una sucesión de fenómenos negativos desde el punto de vista de la inflación. Hemos tenido sequía durante un par de años y eso impacta los precios de los alimentos; a ello se suma el tipo de cambio que afecta  los precios de muchísimos otros productos y que aún no se ha transmitido completamente a los precios internos. En ese sentido, el BC tiene toda la razón al pensar que la inflación volverá a subir un poquito respecto de los niveles que tuvimos recién en noviembre.

En diciembre de 2016 finaliza la presidencia de Vergara. ¿Qué consejero debería asumir ese cargo? 

No tiene por qué ser un consejero, puede ser una persona que no sea consejero y Chile afortunadamente tiene buenos economistas que podrían desempeñar con gran éxito esa función.

Cuando Mario Marcel ingresó al Consejo se comentó que podía ser el futuro presidente…

Es un hombre muy respetado, pero en Chile afortunadamente tenemos un buen número de personas bien capacitadas para hacer esa tarea.

Crecimiento

Hay personas que esperan el próximo año un crecimiento inferior al de 2015. ¿Qué tan factible ve ese escenario y qué medidas se pueden tomar en el corto plazo para elevar el crecimiento?

Creo que es poco probable que se baje menos del 2%, no hay razones para eso. Ahora, lo único que pudiera hacerse en el corto plazo es tratar de mejorar las expectativas de los empresarios, porque un elemento importante en la tarea de crecer son las expectativas y eso es un tema de carácter más político que económico.

¿Y qué falta en materia política?

A nivel político falta una visión clara de futuro, que la hemos perdido. No sabemos muy bien en qué dirección vamos y no tenemos tampoco instituciones que ayuden a pensar en el largo plazo. Las teníamos y se desmontaron. Creo que en Chile hace falta pensar en el largo plazo, incorporando a todos los sectores pertinentes, a trabajadores, empresarios, a parlamentarios, académicos, para que pensemos juntos en el largo plazo.

¿Qué rol debería desempeñar la política fiscal para darle impulso a la economía?

En este momento el rol de la política fiscal es muy complicado, básicamente, consiste en trasladar los recursos de una parte a otra y eso políticamente es muy complejo. La intención del sector público era transferir con la reforma tributaria un 3% del PIB del sector privado al público, en un contexto en el que el sector privado no está creciendo mucho, pero el problema más grande es que se le van a sacar recursos al sector privado para invertirlos en cosas que sólo van a rendir dentro de cinco o 10 años, como es la educación.

¿Se escogió un mal momento para realizar una reforma tributaria?

En el momento que se hizo la reforma tributaria se veía la economía de otra manera. Ahora resulta que la economía se nos cayó y bajaron fuertemente los ingresos fiscales por el cobre. Entonces, se cayeron los ingresos menos dolorosos, por decirlo así, y quedaron los ingresos más dolorosos, y el problema político frente a esto es muy complicado.

¿Se debieron hacer cambios de tasas en la simplificación de la reforma? 

No he visto la simplificación, pero cualquiera que sea el sistema tributario se tienen que cumplir dos funciones. La primera es de recaudación, para pagar los gastos que son necesarios para todo el país y usarlos bien. La segunda función es la de orientar los gastos del sector privado hacia el bien común, gravando más aquello que no quiere que se haga.Un ejemplo claro son los llamados impuestos verdes, en que se grava el alcohol y el tabaco.

Sin embargo, una de las cosas que se introdujo en la reforma es la facultad del SII de pesquisar lo que se llama planificación tributaria como si se tratara de un delito, cuando en realidad lo que hace es cumplir con una de las funciones del sistema. Si esto se orienta mal es un problema del sistema tributario, no del contribuyente. Entonces tenemos un problema complejo, que no es nada fácil de resolver y si bien se han tomado algunos resguardos, creo que el problema todavía no está bien resuelto y eso va a causar desconfianza y judicialización del problema tributario.

¿Qué le parece la gestión del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés? 

Lo ha hecho muy bien. Seguramente no ha logrado lo que quería, pero por lo menos está logrando la batalla del control del gasto público. Con la caída que tenemos en los ingresos del cobre, con reforma tributaria o sin ella, los gastos públicos no podían seguir creciendo como este año. En eso él está haciendo una labor excelente. A lo mejor se le puede criticar en otros ángulos, pero creo que para el país ése es uno de los temas de mayor importancia. Si perdemos los equilibrios fiscales hay un tremendo riesgo de que se nos dispare la inflación, que nos desequilibremos en el sector externo y volvamos a tener una crisis como en el pasado.

¿De qué otro ángulo se le puede criticar a Valdés?

Del contenido de la reforma tributaria y la reforma laboral.

Reparos a las reformas

¿Qué problemas ve en la reforma laboral?

Eso aún está en el aire. Evidentemente, hay que equilibrar la cancha en materia de negociación, pero lo peor que se puede hacer en estas cosas es rigidizar los recursos. Me gustaría una reforma laboral que mejorara las condiciones de negociación de los trabajadores, pero que al mismo tiempo generara mayor flexibilidad en el uso del trabajo, que pueden ser horarios muy flexibles, contratos cortos, como ocurre en otros países.

Es difícil dejar a todos los actores contentos…

No se puede. Y eso exige liderazgo.

¿Y cómo ha visto el liderazgo de los ministros de Hacienda y Trabajo?  

El problema es que el liderazgo en un gobierno no es una cuestión individual, sino de tener objetivos comunes, claros, precisos y concordados. Tengo la impresión de que existe bastante desacuerdo sobre la reforma laboral dentro de las autoridades y eso no permite ejercer un liderazgo de ningún tipo. En cada discusión vamos a terminar con acuerdos que al final le causan daño a todo el mundo en vez de beneficiar, y eso es complicado, esa es una de las cosas que no permite ver para dónde vamos. Uno no sabe para dónde va esta cosa: ¿Vamos a un sistema más estatista? ¿Vamos a que toda la educación sea controlada por el Estado? No está claro y eso es lo que causa problemas.

Para el 2016, el BC espera una inflación en torno a 3,8%. ¿Comparte esa estimación?

Hacia fines de año, sí, no antes. A menos que se produzcan algunas sorpresas, como descontrol del gasto público o empeoramiento del sector externo, depreciación adicional del peso que puede molestar mucho, pero sin esas cosas, es bien razonable que estemos en esos niveles.

¿Qué le parecen las dos alzas de tasas que se anticipan?

Eso habrá que verlo en función de los datos del momento. Estos analistas que se ponen a discutir si hay que hacer dos o cuatro es un tontería absoluta, las alzas de tasas tienen que evaluarse en función de los datos y la situación del momento.

El Banco también ajustó a la baja la proyección de precio del cobre de largo plazo…

Volvimos a niveles normales. Ahora está un poco por debajo, pero los niveles normales son US$ 2,40 o US$ 2,50. Nadie miró los datos históricos y están ahí (...) Espero que con la lección reciente lo expertos muestren un poquito más de humildad y se adecuen a precios del cobre que sean razonables, sin las circunstancias especiales que explicaron estos precios tan altos.