Entre el 19 y 28 de marzo se celebrarán los alegatos orales por la demanda marítima que Bolivia instauró contra Chile ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, de acuerdo con lo informado el miércoles por el tribunal. De cara a un año clave para este diferendo, el ex presidente boliviano (2003-2005) y vocero de la demanda marítima de su país, Carlos Mesa, conversó con La Tercera en el marco del IV Foro Internacional de Santo Domingo, señalando que le "sorprendería mucho que Chile le diera la espalda a un fallo de La Haya, cualquiera que este sea".
¿Lo sorprendió la fecha fijada por la CIJ?
No, yo creo que estaba dentro de lo esperable: durante el primer semestre de 2018 los alegatos, y suponemos también que el segundo semestre de este año tendremos un fallo. Esa es una presunción, obviamente.
¿En qué pie encuentra a Bolivia este anuncio de La Haya en cuanto a la defensa?
Yo creo que uno de los elementos fundamentales de este proceso ha sido, desde el punto de vista jurídico, el que los argumentos de Bolivia se han mantenido desde el primer minuto en la misma línea. Han estado reforzando la idea de los compromisos unilaterales y, en la medida que se han ido conociendo los alegatos de Chile, la contramemoria, como la réplica y la dúplica, estos argumentos han ido consolidándose. Creo que es una línea de pensamiento y una línea de propuesta jurídica que no ha cambiado.
¿Entonces los tiene sin cuidado la acción de Chile en ese sentido?
No, uno nunca puede decir que está sin cuidado de lo que la otra parte plantea. Lo que ha sido interesante es que la contraargumentación jurídica ante los alegatos de Chile ha reforzado, desde nuestro punto de vista, la solidez de nuestros argumentos. Es decir, lo que no debe utilizar es el argumento contrario para fortalecer el argumento que uno defiende.
El agente boliviano ante La Haya y ex presidente Eduardo Rodríguez Veltzé informó a través de Twitter que se unía al equipo como coagente Sacha Llorenti, embajador de Bolivia ante la ONU. ¿Qué análisis hace de esa nominación?
Se trata en el fondo de una etapa final, una etapa final en la que, desde el punto de vista del impacto político y desde el punto de vista del rol que ha jugado el embajador Sacha Llorenti en Naciones Unidas, creo que fortalece la fuerza que Bolivia le quiere dar a su presencia internacional.
En su mensaje, Rodríguez Veltzé también recalca que 2018 "será un año decisivo".
Lo es obviamente. Si uno analiza históricamente el fallo de la Corte Internacional de Justicia va a ser, lo espera Bolivia, un giro fundamental en lo que ha sido la relación estricta y exclusivamente bilateral en un escenario nuevo. Nuestra expectativa es que ese fallo planteará la necesidad no ya de una acción voluntaria o graciosa en buen grado de parte de Chile de sentarse a negociar, sino una decisión de un tercero que es nada menos que la Corte Internacional que planteará, eso creemos que va a ocurrir, la obligación de Chile de sentarse a negociar. Ese es un giro de 180 grados en lo que ha sido la relación bilateral históricamente.
"El mar nos une por encima de cualquier cosa", escribió Rodríguez Veltzé en Twitter. ¿Eso se puede interpretar como un reconocimiento a la existencia de diferencias al interior del equipo boliviano?
No, desde el punto de vista del equipo jurídico y desde el punto de vista del equipo marítimo, internamente no ha habido ninguna diferencia. Desde el punto de vista político, como usted lo sabe muy bien, tenemos diferencias muy importantes.
En marzo llega nuevamente a La Moneda Sebastián Piñera. ¿Cómo lo ve La Paz en cuanto al tema marítimo? ¿Cree que puede ser una traba mayor en relación a lo que fue Michelle Bachelet?
Si se hace un análisis desde el momento en que la agenda de los 13 puntos se cae, que ya era la última parte del primer gobierno de la Presidenta Bachelet, no hay una diferencia fundamental en la relación bilateral. Es una relación muy compleja, que independientemente de cuestiones ideológicas, e independientemente de percepciones personales, marca una línea de comportamiento, tanto de Bolivia como de Chile, que ha sido relativamente inalterable, casi diría inalterable independientemente de quien sea el presidente. En otras palabras, las dificultades que hemos tenido en la relación bilateral en el gobierno de la Presidenta Bachelet son dificultades que tenemos que entender que pueden mantenerse en el gobierno del presidente Piñera.
En diciembre, Piñera prometió que su gobierno "defenderá la soberanía" de Chile. ¿Cree que ese puede ser un mal punto de partida para Bolivia en ese sentido?
Yo siempre parto de una premisa. Y la premisa es: Chile hace cuestión de Estado de su inserción en el mundo desde el punto de vista de la democracia y de su respeto a las instituciones internas e internacionales. Si seguimos al pie de la letra ese razonamiento, me sorprendería mucho, cualquiera que sea la dureza de la posición chilena, que Chile le diera la espalda a un fallo de la Corte Internacional de Justicia, cualquiera que este sea.