¿A qué atribuye usted el amplio favoritismo que tiene el Presidente Evo Morales de cara a las elecciones de mañana?
Lo que pasa es que en Bolivia se ha producido una profunda transformación democrática, que no solamente ha permitido incluir en el Estado a los sectores que estaban históricamente excluidos, sino que también nos ha permitido recuperar la soberanía económica y política a partir de la nacionalización del gas, que ha permitido restituir la patria y salir de subdesarrollo. Hemos adoptado decisiones acertadas en materia de políticas macroeconómicas y sociales, que nos han permitido coordinar el proteccionismo con el librecambismo y regular los sistemas de intercambio entre sistemas económicos, generar aumentos salariales.
¿Cómo define a la economía boliviana? ¿Nacionalista pero pragmática y abierta a inversión privada?
No sé si se le puede calificar de nacionalista porque la experiencia nacionalista que se tiene en la región ha permitido acomodar el capital o transferirlo a ciertos sectores. En nuestro caso el Estado ha asumido un rol de conducción estratégica de la economía.
¿Hay algo de capitalismo?
Bolivia no es ajena a la realidad de la región, que tiene una economía heterogénea; coexisten diversos sistemas económicos. Obviamente (en Bolivia) está el tema estatista, está el sistema cooperativo, el sistema tradicional comunitario y está también el sistema económico privado capitalista. Y esto nos ha permitido tener un equilibrio más armónico.
¿Sólo la nacionalización de los hidrocarburos explica el crecimiento económico de Bolivia, el más alto de Sudamérica y proyectado en un 5,2% este año?
Este año incluso vamos a tener una baja por el tema de las emergencias naturales. El año pasado crecimos al 7%. Pero esto se debe también a que Bolivia cambió el modelo, de exportación de materias primas orientado hacia afuera, a un modelo de internacionalización económica; controla el excedente económico, lo que a la vez le permite generar ahorro interno e incrementar la inversión pública. El crecimiento económico a su vez ha incrementado la inversión privada, nacional y extranjera, pero al mismo tiempo ha potenciado la capacidad de demanda de las familias bolivianas.
¿El próximo desafío económico es la industrialización?
Sí, definitivamente. Hay tres condiciones concurrentes: control de excedentes, capacidad de ahorro y crisis en el mercado externo. Esto nos permite tener grandes posibilidades de industrializarnos. Para el país la coyuntura es absolutamente favorable. Pero a diferencia de otros países, nos hemos propuesto seguir reduciendo las desigualdades. Hasta 2020 ya no habrá extrema pobreza y en 2025 vamos a erradicar este problema.
¿Es posible que Evo Morales consiga el domingo el 74% como se propuso?
De lo que estoy seguro es que el MAS va a obtener una victoria electoral en los nueve departamentos, algo que no ha ocurrido hasta ahora. Esto es muy importante, porque la división regional se utilizó muchas veces para exacerbar sentimientos locales y de alguna manera contrarrestar los avances del gobierno. Segundo, el MAS va a obtener más de dos tercios en el Congreso y eso modificará el tablero y el diagrama de los actores del oriente del país, como en Santa Cruz. Y eso será histórico, por la incorporación del oriente en el proceso de cambio.
¿El MAS impulsará la reelección indefinida?
Aun no hemos debatido ese tema. Nuestra principal preocupación será encarar una segunda generación de leyes que emerjan de la Constitución plurinacional, que tiene que ver con algunos temas estructurales, como medio ambiente, tierras, aguas y las reformas a la justicia.
¿De qué manera ha estado presente en la campaña la demanda de Bolivia contra Chile en La Haya?
Lógicamente es una demanda profundamente internalizada en el sentimiento boliviano. Es un sentimiento profundo y legítimo. Más allá de esto nosotros tenemos una expectativa y respeto para mantener una buena relación con el pueblo chileno.