"¿Para qué vas a ser candidata si vas a perder?". Esa pregunta fue la que se le hizo a Carolina Goic cuando se estaba definiendo si la DC tendría un abanderado presidencial propio. Fue la senadora quien reveló la noche del jueves, en una cena con militantes del partido e independientes en el Círculo Español, que esa consulta se la hizo "un amigo", cuyo nombre quiso mantener en reserva. "Le dije que uno no se presenta solamente cuando tiene la certeza de que va a ganar (…). Es como cuando ahora dicen que fue un error levantar candidatura porque perdimos", dijo esa noche.
A la cena asistieron, entre otros, Andrés Zaldívar, Matías e Ignacio Walker, José de Gregorio, José Pablo Arellano, Alberto Undurraga, Sergio Micco, Jaime Burrows, Karen Poniachick, Ricardo Halabi, Pedro García, Carolina Leitao, Juan Carlos Latorre y el representante de la Fundación Konrad Adenauer en Chile, Andreas Klein.
Ante ellos y, en total, frente a cerca de 300 personas, la ex abanderada de la DC comentó que "lo que nos dijo la ciudadanía es duro" y que fue "una derrota sin apellidos, no la disfracemos".
¿No se equivocó el camino?
Yo creo que no.
Considerando los resultados…
Creo que no. Quienes dicen hoy que se perdió porque no fuimos a una primaria, hacen una lectura muy simplista, muy superficial y equivocada de lo que sucedió.
¿Por qué?
Porque si nosotros íbamos a una primaria, probablemente iba a ser anticipar lo que pasó en la segunda vuelta. O sea, lo que se hizo fue izquierdizar al candidato. Y mucha gente te lo decía en la calle: "No es mi opción la derecha, pero tampoco quería lo que veíamos en la izquierdización o en la polarización"… Nuestra presencia en el debate de la primera vuelta hizo que ese mundo más moderado no lo capitalizara Piñera. No sucedió así en la segunda vuelta, donde se polarizó, y eso benefició finalmente a la derecha.
O sea, usted cree que la derrota está influida principalmente por una "izquierdización" del candidato oficialista post primera vuelta…
Sí. Además, aquí hay algo que es evidente: la falta de autocrítica respecto de los errores que se cometieron, que, además, muchas veces opaca logros importantes de este gobierno. Me sorprende. No es justo con Alejandro Guillier la foto del día siguiente: él solo asumiendo, con mucha dignidad, la derrota. No estuvieron ninguno de los presidentes de partido al lado. Eso no fue justo, y habla de una autocrítica inexistente respecto de las prácticas políticas que llevaron a que, habiendo perdido una vez el gobierno, lo volvamos a perder en manos de la derecha y del mismo candidato.
¿Cuál es la responsabilidad de los presidentes y de las directivas de los partidos? Le hablo del PS, el PR, el PPD y el PC…
Espero ahí que exista la autocrítica necesaria para sacar las lecciones de lo que pasó. En buena medida, la gente evalúa en forma crítica no las cosas que hemos hecho, sino el cómo se hicieron. Probablemente, hay lecciones que no se aprendieron, incluso de la derrota anterior, porque fue fácil volver al gobierno.
¿Y la responsabilidad de la directiva de la DC, incluida usted?
Yo asumí al día siguiente la responsabilidad política, y no tuve ninguna duda desde el minuto que supe el resultado que lo que correspondía era renunciar. O sea, eso tiene que ver con decencia en política.
¿Pero cuál es su autocrítica?
La autocrítica es asumir también responsabilidades. Cuando se plantea que el error fue no haber ido a una primaria, es muy claro. ¿Por qué no fuimos a una primaria? Porque se bajó la candidatura de Lagos, porque era todos contra uno, porque no existió la generosidad de entender que esto lo construíamos entre todos.
Tras la derrota y el triunfo de Piñera, Mariana Aylwin exteriorizó que se siente más identificada con Chile Vamos que con la Nueva Mayoría. ¿Lo comparte?
Es una postura de ella. Más que compartirlo, creo que es importante que ella haga una definición política. Si el objetivo es instalar esa postura como una definición del partido, eso se pelea en las instancias internas. Lo que no podemos hacer es seguir viviendo tensionados entre el coqueteo a la derecha, el fantasma del camino propio, como lo llaman algunos, y aquellos que dicen que tenemos que pactar y trabajar con el Frente Amplio.
Usted cuestiona los extremos…
Eso hace que perdamos lo que hemos ganado durante esta elección, que fue atrevernos, dar un primer paso para plantear nuestra propuesta, independiente del resultado electoral. Ahí hay una ruta que era la única posible para nosotros si queremos ser un partido incidente.
¿Cuál ruta?
La ruta de representar a un mundo que tú puedes llamarlo de centro o de gente más moderada, gente que quiere acuerdos, cambios sustantivos, que está preocupada de los temas de desigualdad, equidad, de justicia social, pero no los quiere hacer con la lógica de la retroexcavadora, ni tampoco es gente que se sienta de derecha. Lo que quedó a la vista tras el resultado de la elección es que la tesis política que sostuvimos desde el principio era correcta: que si dejábamos a un electorado más moderado sin representación, finalmente iban a estar con la opción de derecha, sin ser esa, necesariamente, su opción política.
Usted dijo esta semana que "no veo posibilidades de una coalición con el Partido Comunista". Las señales indican que los otros partidos de la Nueva Mayoría sí continuarían con el PC e, incluso, ya se están gestando acercamientos con el Frente Amplio. En ese escenario, ¿la DC va a optar por un camino propio?
La Nueva Mayoría tampoco logró ser coalición de gobierno. Como propuesta fracasó y terminó. En eso no hay dos lecturas. Yo he señalado en estos días que no comparto las miradas de algunos personeros del Partido Comunista, que se han expresado en forma que no corresponde respecto de la ciudadanía y de los electores, que, además, es casi tratar de echarle la culpa a los electores respecto de los errores propios. Esa mirada no la comparto, ni tampoco comparto los ideologismos que nos inmovilizan. Por lo tanto, en la conformación de alianzas políticas tenemos que estar mucho más abiertos a conversaciones amplias, que nos permitan, sin duda, conformar mayorías, pero con opciones más modernas.
¿Qué significa eso?
Esto no se define en si está el PC o no está el PC. Primero hagamos la discusión de qué es lo que queremos hacer, de cuáles son las formas o las prácticas que existen. Esto no es la imposición de unos contra otros. Quedó demostrado que el todos contra Piñera fracasó, no resultó. Y espero que no sea la intención de algunos mantener ahora la lógica del todos contra Piñera para los desafíos que vienen y en el rol de la oposición.
Varios se explican la diferencia que hubo entre Piñera y Guillier con que hubo electorado de la DC que votó por Piñera. ¿Por qué se pierde a ese electorado de la DC?
Porque en la otra alternativa no se vio representada, que es lo que yo defino como la izquierdización de la candidatura, que, además, en muchas cosas no se condice con la postura de Alejandro en su forma de ver las cosas. Y otra cosa es el resultado que tuvimos nosotros como Democracia Cristiana en la primera vuelta. Hay cosas que son evidentes. Buena parte de los espacios mediáticos fueron en torno a si se bajaba o no la candidatura. Era bien difícil instalar una propuesta que marcara diferencia en ese escenario de permanente cuestionamiento.
Cuestionamiento interno…
Cuestionamiento interno, por supuesto. Nosotros tomamos una decisión colectiva. Mi candidatura fue unánime. Y en la junta nacional ganamos mayoritariamente la ruta que trazamos. Entonces, uno no puede, cuando no te gusta o cuando pierdes tu postura interna, seguirla cuestionando. El ejercicio de la democracia interna significa también respetar los acuerdos y las decisiones mayoritarias. Y en eso creo que lo que hay que hacer es mirarse respecto de un sustento mínimo de disciplina interna. No puede ser que sea escandaloso cuando uno dice que no va a respaldar al candidato en la segunda vuelta, pero que no hubo la misma reacción cuando un diputado dice que no va a respaldar la opción del partido. La disciplina interna no puede ser dependiendo del nombre, del lote o del amigo. Si hay algo que la DC tiene que aprender si algún día quiere tener una candidatura presidencial viable es cuidar a nuestros liderazgos. No es casual que lo mismo que vivió Claudio Orrego, lo vivió la Soledad Alvear y, en su momento, Andrés Zaldívar.
¿Por qué cree que no se cuidan los liderazgos de la DC?
Muchas veces lo que pesa es el personalismo, el cuidar el espacio personal. Eso quedó en evidencia.
Usted dice que tomaron una decisión colectiva, pero usted planteó por la prensa que se sentía convencida de ir a la primera vuelta...
Fijé mi postura, que es lo que corresponde… La diferencia de Piñera fue contundente. Eso nos da muestra de que era necesaria nuestra postura con más fuerza. Me hubiera encantado que muchos, tomada la decisión, hubieran trabajado con entusiasmo. No sé si hubiéramos ganado -probablemente no-, pero hubiera sido distinto el resultado.
¿Y qué pasa con las personas en la DC que la impulsaron a usted y la llevaron por un camino de recuperar la identidad del partido? Yasna Provoste dijo que ni siquiera fueron a una feria con usted…
No comparto ni acepto esa afirmación, y con respecto a la campaña espero que hagamos la autocrítica todos, sincera, en la instancia interna. Vimos a muchos que salieron entusiastas al día siguiente con la candidatura de Alejandro y que no tuvieron la misma actitud durante nuestra campaña. Y a través de los medios se generaba una discusión respecto de la pertinencia de continuar o no. Eso perjudicó a todas las candidaturas de la DC. O sea, el que crea que con eso se salvaba, quedó demostrado que no. Ponerse para la foto no es hacer campaña, y yo ahí lo invito a revisar algunas votaciones parlamentarias con la votación que obtuvimos en la presidencial.
Le pregunto específicamente por personas como Gutenberg Martínez, Mariana Aylwin…
Es que a mí me causa mucha gracia, porque hubo gente que estuvo y estuvo trabajando como militante. En el caso específico de quienes menciona, ellos sí estuvieron recorriendo comunas, aportando ideas. Y por eso le digo: tenemos que mirar y espero también, en ciertos sectores, el reconocer la participación que tuvieron o no durante una campaña que no fue una opción personal, sino que una definición colectiva. Del resultado de la DC todos éramos responsables. Lo que a mí me da pena y me duele es la actitud de camaradas que estaban al día siguiente pidiendo renuncias por la prensa, cosa que no era necesaria.
¿Cree que la visión de dirigentes como Martínez ha perdido peso en la DC?
Estamos enfrentados hoy a leer lo que sucedió y a dar un salto. No podemos seguir mirando hacia atrás con nostalgia el tiempo de Frei Montalva, porque hoy el mundo es distinto. Entonces, cómo miramos y somos capaces de traducir en una forma más moderna ese espacio, los valores, principios, nuestra identidad, pero con una mirada de futuro. Ese es el desafío que tenemos hoy. Y eso no se hace definiéndonos respecto de los que están a un extremo o los que están al otro.