Quien lo usa, paga. Esa fue la premisa en que se basó el modelo de concesión de autopistas urbanas de Santiago y que ha sido defendido por los gremios desde que se inauguraron estas vías rápidas en 2004. Sin embargo, esa visión es diferente cuando la carretera a concesionar es interurbana, como es el caso de la Ruta 5 norte, a la altura de La Serena.
En ese sector termina el actual tramo de la autopista Los Vilos-La Serena y se inicia la conurbación hacia Coquimbo que, si bien es parte de la Ruta 5, no tiene estándar de carretera sino de avenida. De hecho se ha convertido en un problema vial por los continuos tacos que se generan. El intendente de esa Región Claudio Ibáñez, aseguró que "la mayor congestión se produce en los cruces de sectores poblados y accesos a la costa en horas peak, en zonas de colegios, períodos estivales, entre otros".
Algo parecido ocurría en Santiago antes que existiera la Autopista Central, que es también parte de la Ruta 5, pero que se concesionó con cobros de tag para financiar su construcción y operación. La duda en Coquimbo era si este tramo iba a tener o no este dispositivo para pagar. Sin embargo, fue descartado por el MOP optando a que el pago se deberá realizar en el peaje anterior a llegar a La Serena, y que el proyecto de la conurbación se sumará a la relicitación de la Ruta Los Vilos-La Serena, que está en carpeta para el período de marzo de 2017 y marzo de 2018, con una inversión de US$ 225 millones para ampliar las calzadas, sumar vías de conexión y atraviesos.
Ibáñez añadió que "la conurbación concentra el 75% del flujo intercomunal. De este porcentaje menos del 10% corresponde a vehículos de paso, es decir, que van de norte a sur del país". Estos últimos son los que pagan el peaje.
Debate
La modalidad de relicitación fue cuestionada por el consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI), Alvaro González, quien señaló que "es malo que en algunas zonas no se pague y en otras sí, porque revela una desigualdad económica. Lo que va a pasar es que donde sí tienen que pagar por obras de acceso van a reclamar porque hay una zona donde no cobran". Esto, añadió González, recordando que otro proyecto asociado es la licitación de la Ruta 5 Temuco-Río Bueno, que incorporará los accesos a Valdivia y que también será financiada por el peaje.
El presidente de Copsa, gremio que agrupa a las concesionarias, Juan Eduardo Saldivia, calificó como buena, "la idea de complementar y armar paquetes que puedan dar rentabilidad a determinadas obras", porque además de estas rutas hay casos como el aeropuerto El Tepual, en Los Lagos, que sumará en su relicitación el aeródromo de Castro, que también es parte de la cartera de proyectos de concesión del MOP. Pero para Saldivia, lo que se pretenden en La Serena "sería una ruptura con el principio básico del que usa paga".
El ministro de OO.PP. Alberto Undurraga, explicó que la diferencia es que "la Ruta 5 es un solo proyecto desde Arica hasta Quellón, pero por razones de economía y de adelantamiento de obras se decidió concesionarla de distinta forma. Se cobra por tramos y no por metros. La empresa que gane podrá construir la conurbación a la espera que termine la concesión vigente de Los Vilos-La Serena (en 2022), para hacerse cargo de toda la ruta, así adelantamos obras", dijo Undurraga.
Añadió que el cobro en el peaje, se basa en que es la forma de "hacer viable una autopista de nivel superior, económica y socialmente, e independiente del flujo".
El gerente de infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Carlos Piaggio, añadió que "esto permite extender los beneficios de una obra de infraestructura en una mayor longitud, independiente del flujo de vehículos, siempre habrá tramos de menos flujo o viceversa. Son subsidios cruzados para poder financiar toda la obra, es como una visión más solidaria".