Las advertencias de Irán a Estados Unidos, de que no tolerará la presencia de naves extranjeras en aguas territoriales del Golfo Pérsico, demuestran que su gobierno está en una "posición de  debilidad" y busca desviar la atención de sus "problemas internos", afirmó  hoy el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. 

A juicio de carney Teherán está bajo una creciente presión tras las sanciones internacionales, misma línea que siguió la vocera del departamento de Estado, Victoria Nuland, para quien los castigos demuestran que las presiones internacionales "comienzan a morder".

Irán advirtió hoy que actuará si un portaaviones estadounidense regresa al Golfo Pérsico, en un nuevo incremento de la tensión con Washington.

En todo caso el vocero del Pentágono, George Little, argumentó que "nuestro interés es el de garantizar la seguridad del paso marítimo a las naves que transitan en el estrecho de Ormuz.  Nadie en este gobierno busca un enfrentamiento en  Ormuz. Es importante bajar la temperatura", indicó.