El jueves, la Casa Blanca anunció los detalles de un encuentro previsto para el 9 de julio en los Institutos Nacionales de Salud. En la reunión participaría la secretaria de Salud y Servicios Humanos, Kathleen Sebelius; la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, y el secretario de Educación, Arne Duncan. También estaría presente John Brennan, asesor de la Casa Blanca en Seguridad Interna.
El Presidente Barack Obama estará en Italia ese día, en la cumbre del Grupo de los Ocho países más industrializados (G8).
La secretaria de Salud dijo que la amenaza de la gripe AH1N1 podría empeorar a finales del año, y que el gobierno quiere lanzar una campaña nacional para evitar una epidemia grave.
Duncan, por su parte, advirtió que todos deben hacer su aporte para evitar la propagación de la gripe.
En tanto, autoridades federales de salud informaron que el número de casos de influenza humana en Estados Unidos ha llegado casi a 34 mil, y las muertes subieron 34% en la última semana, a 170.
Aproximadamente, cuatro de cada cinco decesos por la enfermedad a la fecha correspondieron a adultos de 25 años o más, aunque siete de las muertes más recientes fueron de niños, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), con sede en Atlanta.
Las cifras representan un aumento respecto de las 127 muertes y casi 28 mil casos confirmados y supuestos, de la enfermedad, reportados la semana pasada.
Los funcionarios de los CDC consideran que esos casos -que buscaron tratamiento y se sometieron a análisis- son apenas la punta del iceberg. Se estima que más de un millón de estadounidenses ha sido infectado ya por el virus, aunque muchos probablemente experimentaron sólo síntomas leves.
El virus AH1N1 es el tipo predominante de influenza que se propaga en la actualidad, y hay 10 estados que reportan casos muy extendidos. Los estados son California, Connecticut, Delaware, Georgia, Hawai, Maine, Nueva York, Pensilvania, Rhode Island y Virginia.
Desde abril, cuando se descubrió la enfermedad, más de 77 mil casos se han reportado en más de un centenar de naciones, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.