Casados dos veces con la misma persona
No es común, pero pasa. Después de años separados, se arriesgan con otra oportunidad. Reconocer los errores pasados los ayuda, aunque el éxito no está garantizado.

Llevaban un mes viviendo juntos nuevamente cuando llegó al departamento la carta que notificaba a Andrés de que debía presentarse ante el tribunal para ratificar la demanda de divorcio. La habían presentado unos meses atrás, después de tres años de que él y Paulina terminaran su matrimono. Al verla, se miraron, sonrieron y llamaron al abogado para cancelar las gestiones.
El caso de Andrés no se ve todos los días, pero encaja perfectamente en las estadísticas. Primero, porque de acuerdo con datos publicados por la Universidad de Portland, el 44% de los separados intenta reconciliarse. Claro que no todos corren la misma suerte que Andrés y Paulina: sólo un tercio de las parejas logra permanecer juntas.
Ellos habían durado cinco años casados, pero las agotadoras jornadas laborales de Andrés mellaron la relación con la que había sido su amiga de infancia y polola por seis años. Decidieron separarse y el único vínculo fue Alejandro, el hijo, a quien Andrés pasaba a ver todos los días. Fue precisamente en una de esas visitas cuando Paulina lo sorprendió con una invitación a comer... A los ocho meses retomaron su relación.
Para el sicólogo Víctor Carvajal, uno de los escenarios más comunes para una reconciliación matrimonial tiene que ver con la dependencia. "Es cuando un integrante cree que no puede vivir sin el otro, no es capaz de estar solo ni de establecer otra relación", explica. Estos retornos se caracterizan por tomar menos tiempo y su éxito es relativo, porque nada garantiza que los problemas que originaron el quiebre se hayan resuelto.
SIN RESULTADOS GARANTIZADOS
Son las reconciliaciones más reflexivas las que tienen mejor pronóstico: aprovechar el tiempo de soledad para analizar los errores y sólo después de eso, emprender un posible reencuentro. El sicólogo de la Clínica Santa María, Juan Pablo Westphal, explica que cuando un matrimonio se rompe, generalmente es porque uno o dos aspectos no están funcionando bien, pero el resentimiento hace parecer que todo está mal, "cuando eso se disipa, los sentimientos y el apego a la otra persona reaparecen", dice.
Y Esteban lo vivió en carne propia. Conoció a Elena en la universidad, donde ambos se titularon de dentistas. Se casaron a los 29 años, pero al igual que Andrés, él optó por su carrera. "Para mí lo más importante era el éxito económico", reconoce. Ella, en tanto, se volcó a los hijos. Después de siete años la relación se volvió insoportablemente tirante. "Ella siempre partía a la casa de su mamá cuando discutíamos, yo le dije que si lo hacía una vez más, me iría. Un día llegué y ella no estaba, y me fui", dice Esteban.
Tuvieron que pasar dos años para volverse a saludar. El tiempo separados, cree Esteban, fue clave para reexaminarse. Entendió que era imposible compatibilizar tres trabajos con sus actividades deportivas y la familia, y optó por esta última.
Un día aceptó la propuesta de su hija de invitar a la mamá a un paseo de fin de semana y lo sorprendió lo grato que podía ser pasar tiempo con ella. Comenzaron a salir y a los dos meses, se fueron juntos de vacaciones. "Fue como una luna de miel", dice. Al regreso, volvieron juntos a la casa que habían abandonado cuatro años atrás.
La sicóloga Verónica Bagladi indica que si bien este tipo de reconciliaciones no tiene garantizados mejores resultados, hay otra disposición. "Lo ven como la última oportunidad y ponen más fuerza y dedicación para que funcione", dice. En el caso de Elena y Esteban, cuando les preguntan cuánto tiempo llevan casados, sólo cuentan los 10 años que han transcurrido desde su reencuentro.
PIE ATRÁS
Los especialistas coinciden en que experimentar otras compañías durante la separación es un factor que puede gatillar una reconciliación. Le pasó a Esteban, quien al momento de establecer otra relación comenzó a pensar mucho en su ex mujer y a sentirse mal por no estar con ella. Para Andrés, su vínculo con una compañera de trabajo ayudó a que Paulina cambiara su percepción hacia él.
Pero estos no son casos comunes. El abogado Román Pinto ha tramitado cientos de divorcios desde 2004, y cuenta que no le ha tocado ver retractos. De hecho, desde septiembre de 2008 que la Ley de Matrimonio Civil no contempla la audiencia de conciliación, originalmente pensada como una instancia para que las parejas repensaran si es que estaban seguros de optar por una separación definitiva.
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