Casas de acogida del Sernam sólo tienen un 50% de ocupación

Un 50% de tasa de ocupación tienen actualmente las 24 casas de Acogida que mantiene el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) desde el 2007, con cobertura nacional, y que son destinadas a proteger a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar. Esta baja ocupación está asociada a un alto costo operacional del 75% del presupuesto, básicamente en términos de arriendo, ya que las casas disponibles son grandes, pensadas para recibir a 20 personas. Algunas, como la de Aysén, que al día de hoy sólo, tienen una ocupante. Otras, dos semanales y la tasa de deserción es alta.

Según el Serman, la mayoría de las víctimas no quiere ingresar a este tipo de recintos. "La gran parte de las mujeres que toman la decisión de dejar la casa donde es agredida quiere irse donde familiares o una amiga, porque no quiere estar sola. Desea apoyarse en su red social. Hay una parte menor que no tiene dónde vivir y son las que llegan a las casas de acogidas", explicó la ministra del Sernam, Loreto Seguel. El problema, según ella, es que la ocupación actual es muy baja, por lo que hay que replantear los recursos hacia otras alternativas. "Para las mujeres violentadas es muy difícil llegar a una casa y vivir con personas que no conocen, con los mismos problemas y baja autoestima", explica.

Aclara que la decisión del gobierno es no aumentar el número de casas de acogida, pero sí mantener las que existen para aquellas mujeres que no tienen adónde ir.

La ministra plantea como necesario avanzar en programas que están dando resultados efectivos, y que a su juicio son percibidos por la comunidad como soluciones más permanentes. Una de las alternativas son los Centros de Reeducación para hombres que han ejercido violencia, los que han generado una alta demanda desde su creación, con 2.837 hombres atendidos, y generando incluso listas de espera de 400 personas en todo Chile. En Santiago los más demandados son los de Estación Central y en regiones, en la comuna de Los Lagos, y diariamente el Sernam recibe nueve llamados solicitando cupo. En estos centros los hombres, que ingresan voluntariamente reciben terapia de grupo e individual por nueve meses, y luego se les hace un seguimiento. A estos lugares entran por su propia voluntad y logran cambiar su conducta y dejar la violencia atrás.

"Cuando mi señora fue al servicio a pedir ayuda, supo que había una especie de Sernam para hombres. Averiguamos y ella me acompañó, dejé de trabajar para participar en la terapia, pero afortunadamente resultó muy bien, incluso nos casamos e iniciamos una nueva vida ", explica Manuel Jara, uno de los beneficiarios. Para su señora Mónica Santibáñez, "a él lo reeducaron, porque también venía de una familia con violencia, él pensaba que era normal, pero aprendimos a conocernos y a conversar. Fue un cambio radical para los dos después de tantos años de agresiones y malos tratos".