"Tras su muerte, el 23 de septiembre de 1973, fue traído desde la clínica y velado en el living. Las ventanas estaban rotas, la casa había sido allanada y lo acompañaban su mujer, Matilde Urrutia, y unos pocos amigos", dice un guía a un grupo de turistas brasileños sobre las horas finales de Pablo Neruda en La Chascona, casa que el poeta forjó a un costado del cerro San Cristóbal, desde 1953.
El relato del guía es inédito, porque la historia es contada desde la calle, frente a las puertas cerradas del hogar del Premio Nobel. Lo mismo ocurre en las otras casas, La Sebastiana, de Valparaíso, e Isla Negra. En el portón principal de esta última hay un lienzo que reza: "Neruda no descansa en paz".
El motivo: los dos sindicatos de la Fundación Neruda, que reúnen a 74 trabajadores, están en huelga legal desde el pasado lunes. Piden un aumento del bono de movilización y el de colación, ambos por mil pesos diarios, más un bono de fin de conflicto de $ 200 mil.
El director ejecutivo de la fundación, Fernando Sáez, dice que los trabajadores "viven en una fantasía, no quieren creer que la fundación arroja pérdidas", y agrega que no existe fecha fijada para reunión de directorio, una posible instancia de solución.
Rodolfo Reyes, sobrino del autor del Canto general, y representante de los herederos, dice que la fundación "es una empresa, ahora falta que vendan la velita Neruda", refiriéndose a los suvenires disponibles en las tiendas de las casas museo, como poleras, artículos de cocina, mascarones y gorras.
Además, los turistas son parte importante del ingreso de la fundación y esta es la época de mayor afluencia.
La mayoría de las visitas se concentra en Isla Negra. En promedio, son mil personas al día. Luego, La Sebastiana (600) y La Chascona (400). En total, dos mil visitas, "sumando la entrada -$ 4.000- y las ventas en suvenires son cerca de ocho millones al día de pérdidas por casa", dice Lorena Reyes, secretaria del sindicato de Isla Negra.
Desde el balneario del litoral central, Reyes agrega que esta semana el ambiente ha sido desolador. "Es verano y no hay gente en los negocios y restaurantes. La fundación no midió el costo cultural de los que significa Neruda y lo que se proyecta al extranjero". Hoy, en Isla Negra, está prevista la visita, a las 12 horas, del escritor uruguayo Eduardo Galeano, quien recibirá el premio N'Aitún. "La ceremonia se hará en la calle", agrega la dirigenta.
Mientras, el poeta Leonardo Sanhueza, ex becario y último premio de poesía joven Pablo Neruda, estuvo la semana pasada apoyando a los trabajadores afuera de La Chascona. "Hay un desajuste entre este tipo de conflicto y la ideología nerudiana. Sin duda, es un hecho antinerudiano", señala.
Rodolfo Reyes apunta en la misma dirección: "Neruda era un poeta con sentido social, como senador luchó por los trabajadores". Ayer, los dos sindicatos fueron al Consejo de la Cultura, en Santiago, donde entregaron una carta al ministro Luciano Cruz-Coke para que intervenga en el conflicto.