Más de 70 personas murieron y 200 resultaron heridas en una serie de atentados con bomba en Bagdad y otras ciudades iraquíes, cuando la comunidad chiita se preparaba para conmemorar la muerte de uno de sus principales imanes.
Fue el peor día de violencia desde principios de enero, cuando cuatro bombas en Bagdad dejaron 73 muertos, y el último de una serie de ataques contra sitios religiosos chiitas, consigna Reuters.
En total hubo al menos 40 ataques y/o atentados en Bagdad, Hilla, Kerbala, Azizia, Balad, Baquba (centro del país) y Kirkuk y Mosul (norte). De esos atentados, 18 fueron cometidos con autos bomba y 17 con artefactos.
En Bagdad y Baquba se registraron en total cinco ataques armados.
El atentado más mortífero tuvo lugar en la ciudad de Hilla, en el centro de Irak, a 95 km de Bagdad, donde la explosión de dos autos bomba causó la muerte de 22 personas y 38 heridos. En Bagdad, donde se registraron diez atentados, tres de ellos con autos bombas, hubo por lo menos 30 muertos y 40 heridos.
TENSIONES POLITICAS
La renovada violencia y las tensiones políticas serán seguidas muy de cerca por los vecinos del Golfo sunita y por su rival, la potencia chiita Irán, que han intervenido en la política iraquí en el pasado para competir por la influencia regional.
Una persona murió cuando dos bombas impactaron las oficinas de un partido kurdo étnico en la ciudad norteña de Kirkuk, una de las zonas en el corazón de la disputa entre el gobierno central de Bagdad y la región autónoma de Kurdistán, en el norte de Irak.
Cuando los peregrinos comenzaron a llegar a la capital el domingo, al menos seis personas murieron y 38 resultaron heridas por el impacto de dos bombas mortero en una poblada plaza en el distrito Kadhimiya.
Aunque la violencia cayó drásticamente desde el momento más álgido de la guerra posterior a la invasión estadounidense del 2003, los insurgentes siguen siendo potentes. Aún hay grandes ataques con bombas una vez por mes, generalmente contra las fuerzas de seguridad, oficinas del gobierno o blancos chiitas.
Según AFP, el último ataque de envergadura en Bagdad se remonta al 4 de junio pasado, cuando un atentado suicida contra la sede de una fundación religiosa provocó 25 muertos. El ataque había sido reivindicado por el Estado Islámico en Irak, un grupo afiliado a Al Qaeda.
La violencia disminuyó en Irak en los últimos años pero siguen registrándose atentados y muertes a diario. En mayo murieron 132 personas en ataques y atentados, según estadísticas oficiales.