Hay más empleados que clientes en la tienda de ropa Andreas Triandafillidis en el centro de Atenas, Grecia. La austeridad se ha impuesto y las camisas permanecen en los estantes pese a un descuento del 50% en el precio.

"La gente sólo pasa por el frente y ni siquiera mira nuestras vitrinas", dijo Triandafillidis, de 58 años, parado en la tienda casi vacía al finalizar la temporada de compras del verano boreal.

Sus ingresos han mermado un 30% y muchas tiendas cercanas han cerrado -casi una de cada cinco, según la asociación griega de minoristas.

Las filas de tiendas vacías muestran que la crisis de deuda ha ingresado a una nueva fase, extendiéndose desde los mercados financieros y de los titulares de la prensa para llegar a las calles bajo el impacto de un severo plan de austeridad que tiene como objetivo devolverle la salud fiscal al país.

Recortes salariales a los empleados públicos, congelamiento de pensiones, un incremento de 4 puntos porcentuales en el impuesto IVA para llevarlo al 23% este año, nuevos impuestos aduaneros y preocupaciones generales en torno a la recesión han golpeado el consumo y llevado las ventas minoristas a mínimos en siete años.

La caída del consumo público ha estado, hasta ahora, ampliamente en línea con las expectativas, dado el tamaño del paquete de austeridad.

Pero los analistas advierten que las consecuencias serán más fuertes en los meses por venir, a medida que se asiente el efecto de la austeridad, amenazando el crecimiento que se necesita para cumplir las metas de recorte del déficit en un país donde el consumo privado representa el 70% de la producción de la economía.

"El peligro es que al endurecer tanto la política fiscal, finalmente eso podría ser contraproducente para las metas fiscales, podría ciertamente matar cualquier tipo de actividad", dijo Diego Iscaro de IHS Global Insight.

CONSUMIDORES ATEMORIZADOS
La caída de las ventas minoristas está golpeando la recaudación de impuestos, ya por debajo del plan de ingresos ordinarios del presupuesto en el período enero-julio, con 770 millones de euros por debajo de la meta de 29.400 millones de euros, pese al alza del IVA.

La caída continuó en julio y agosto para el peor período de ventas en más de una década, con una baja de una cuarta parte frente al débil 2009, dijo Vassilis Korkidis, presidente de la asociación de comercio minoristas ESEE, pronosticando que decenas de miles de tiendas probablemente cierren al llegar a su apogeo las medidas de austeridad.

La confianza del consumidor está en mínimos récord y los minoristas de toda Atenas, desde farmacias a tiendas de ropa y librerías, reportan que los clientes han dejado de comprar para adquirir sólo lo esencial, aplazando para tiempos mejores la compra de aquella camisa extra o productos cosméticos.

Las tiendas de ropa han sido golpeadas con más intensidad, junto a almacenes de calzado y centros comerciales, según muestran los datos, con una caída anual de hasta el 20% en abril y más del 10% en junio, mientras que las ventas minoristas generales bajaron un 4,4% en junio.

"El programa de ajuste económico está atemorizando a los consumidores", dijo Korkidis, agregando que sólo la telefonía móvil y los servicios de internet estaban en positivo, en una señal de que la gente se adapta a hábitos de austeridad, quedándose en casa para rastrear temas por internet en lugar de salir a un restaurante.

Algunos analistas dicen que la caída en el consumo doméstico podría ser un dolor necesario para reformar la economía y fortalecer una rezagada competitividad -siempre y cuando sea acompañado de reformas estructurales correctas y aceptadas por el público.

"Habrá dolor en el corto plazo (...) más cierre de negocios, más incremento del desempleo en los próximos 1 y 2 años", dijo Platon Monokroussos, economista de EFG Eurobank. "(Pero) necesitamos tener una baja en la actividad económica doméstica para reducir los desequilibrios externos y llevar la inflación a niveles más bajos".

¿SE ALCANZARAN LOS OBJETIVOS?
Los analistas sostienen que pese a la caída de los ingresos y el malestar del público, el gobierno socialista, que ha reducido drásticamente el gasto, probablemente cumpla o no alcance por un estrecho margen el objetivo de recortar el déficit al 8,1% del PIB, con previsiones de una recesión de -4%.

Pero a lo largo del camino, la caída del consumo cobrará una alta cuota y el apoyo público podría desvanecerse aún más, con analistas citando el malestar social como un riesgo significativo en un país donde la gente está siempre dispuesta a manifestar en las calles.

"Uno se pregunta (...) si el Gobierno seguirá teniendo apoyo político para avanzar en esta política en unos dos o tres años. Creo que tal cosa es improbable", dijo Iscaro, agregando que este era el riesgo mayor para alcanzar las metas de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional.

El respaldo para el partido gobernante han caído por debajo del 30%, aunque el primer ministro George Papandreou se mantiene relativamente popular.

Los empresarios también están molestos, con 7 de cada 10 pequeñas empresas señalando que los recortes del Gobierno empeorarán las cosas, según un sondeo de la conferencia de pequeñas industrias GSVEE, pronosticando que el 20% de las pequeñas compañías probablemente tengan que cerrar.

Y los analistas dicen que el Gobierno tiene poco espacio para responder a los llamados para que mitigue el impacto de la austeridad, ya que se centra en reducir su déficit bajo los términos acordados en un rescate de 110.000 millones de euros de la UE/FMI que evitó la quiebra del Gobierno en mayo.