La historia de Charlie Gard, el bebé enfermo terminal de 11 meses ha dado la vuelta al mundo y ha llamado la atención tanto de figuras como el Papa Francisco como del actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
Charlie, de nacionalidad británica, nació con una rara enfermedad genética llamada depleción del ADN mitocondrial tipo RRM2B, una mutación genética que produce debilidad muscular y disfunciones orgánicas. Actualmente, Charlie tiene severo daño cerebral y no puede respirar, ni ver, ni escuchar ni llorar por sí mismo.
Si bien la recomendación médica es desconectarlo para que tenga una muerte digna y no prolongar su sufrimiento, los padres del menor todavía tienen esperanza de que su hijo pueda mostrar algo de mejora.
En una primera instancia tenían pensado trasladar a Charlie a Estados Unidos, en donde un doctor se había ofrecido para entregarle un tratamiento experimental que había mostrado algunas mejoras en menores con enfermedades genéticas similares a la de Charlie. Este tratamiento es tan experimental que ni siquiera ha sido probado en ratones.
Los padres acudieron a la corte para interponerse a la decisión de los médicos y así poder trasladar al menor, sin embargo el juez le dio la razón a los doctores del Great Ormong Street Hospital, quienes indican que el bebé de 11 meses está sufriendo y que debería tener permitido morir pues su daño es tan severo que ya no tiene ninguna posibilidad de mejora.
Los padres apelaron la decisión, y después de nuevos juicios, tres jueces distintos apoyaron la decisión de los médicos de desconectar pronto el respirador artificial del menor.
Frente a esto, los padres acudieron a la Corte Europea de Derechos Humanos. La corte, después de consultar con expertos y estudiar el caso del pequeño, indicó que no intervendrán en su caso, pues los doctores son los que saben lo que es mejor para el menor.
Si es exitoso, este tratamiento podría - en teoría - reparar algo del daño cerebral de Charlie y sus células musculares, sin embargo nunca ha sido probado en el tipo de depleción del ADN mitocondrial que tiene Charlie, y según sus doctores, su daño cerebral es tan severo que es irreparable.
Tras la resolución de la Corte, los padres del menor publicaron un video indicando que sus últimos deseos de tratar a Charlie no podrían ser realizados. Frente a esto, el hospital les dio algunos días más para que puedan despedirse.
PAPA FRANCISCO Y TRUMP
Un portavoz del Vaticano indicó en la Radio del Vaticano que el papa ha estado siguiente el caso de Charlie con "cariño y tristeza" rezando para que el deseo de los padres de acompañar y cuidar a su propio hijo hasta el final no sea ignorado. Trump por otra parte, como es costumbre, utilizó su cuenta de Twitter para dar a conocer su parecer sobre el caso: "Si podemos ayudar al pequeño Charlie Gard como nuestros amigos en Reino Unido y el Papa, nos encantaría hacerlo".
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/881875263700783104
El centro pediátrico "Bambino Gesú" dependiente del Vaticano también se ofreció para cuidar a Charlie. El jefe de la diplomacia británica, si bien agradeció el gesto de Italia, explicó que era imposible el traslado del menor por "razones legales".
Según el centro médico romano, se encuentran "preparados" para acoger a Charlie Gard porque "defender la vida humana, sobre todo cuando está herida por la enfermedad, es un compromiso de amor que dios confía a cada hombre".