"Las películas tienen que tener un poco de tensión", comentó ayer el ministro de Justicia, Teodoro Ribera, mientras caminaba desde La Moneda a la Cancillería, donde se iba a iniciar el acto de reparación pública a la jueza Karen Atala ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

El secretario de Estado acababa de abandonar La Moneda, donde se reunió con la jefa de asesores, María Luisa Brahm y con el ministro del Interior, Andrés Chadwick, en la que era su quinta visita a Palacio en la semana.

Ribera había ingresado cerca de las 13.30 horas para reunirse con el jefe de gabinete. Después, ambos se trasladaron a la oficina de Brahm, donde estuvieron reunidos por una hora.

Desde temprano, en las filas de gobierno se había intensificado el debate instalado sobre la permanencia de Ribera en el gabinete tras la polémica desatada por sus vinculaciones al caso CNA.

A principios de semana se conocieron correos electrónicos que el hoy ministro intercambió en 2010, cuando se desempeñaba como rector de la Universidad Autónoma, con el ex presidente de la Comisión Nacional de Acreditación, Eugenio Díaz, hoy formalizado y detenido por cohecho y lavado de activos. Días después, los fiscales Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, solicitaron la información contable de los últimos siete años de la entidad de Educación Superior, período bajo la administración de Ribera.

Ayer, en tanto, se reveló que Díaz no se había inhabilitado al momento de definir -en enero- la acreditación del Instituto Incacea, en cuya propiedad el titular de Justicia participa en un 7,5%.

Tras abandonar La Moneda Ribera, sin embargo, descartó su dimisión con un tajante "no", antes de ingresar al edificio de Relaciones Exteriores.

Tensión oficialista

El titular de Justicia sostuvo ayer una seguidilla de reuniones y llamadas a lo largo del día.

En la mañana, Ribera había sostenido una reservada reunión con Chadwick, a la que se sumó el encuentro de la tarde con Brahm y el jefe de gabinete. A diferencia de las otras cuatro visitas que había realizado esta semana a Palacio, en ambas oportunidades Ribera ingresó y abandonó la sede de gobierno por salidas laterales. Lo mismo hizo luego al abandonar el Edificio Carrera de la Cancillería, después de participar en el acto de desagravio a la jueza Atala (ver pág 16).

A las 15 horas, en tanto, la vocera Cecilia Pérez se trasladó a una reunión en el despacho del Presidente Sebastián Piñera, lo que derivó en que la ministra no pudo asistir a la señalada ceremonia, pese a que había confirmado su asistencia.

Según explicaron en Palacio, el gobierno se ha abocado en los últimos días a una exhaustiva revisión de los "antecedentes" en que Ribera aparece involucrado en el caso CNA.

Altas fuentes de gobierno señalaron que la situación del titular de Justicia se ha ido complicando con los días, lo que ha sido atizado por las propias declaraciones de Ribera sobre el caso.

Ayer, de hecho, la ironía con que el titular de Justicia se refirió a su futuro en el gabinete generó una nueva ola de molestia en Palacio.

Otro flanco que preocupa en el gobierno es la continua aparición de nuevos antecedentes que relacionan a Ribera con el caso, situación que ha obligado la presencia del ministro en cinco oportunidades esta semana en La Moneda.

En este contexto, altas fuentes de gobierno señalaron que el Presidente Piñera -quien se trasladó ayer en la tarde al Palacio Presidencial de Cerro Castillo en Viña del Mar por el fin de semana- iba a aprovechar de definir el futuro del ministro Ribera en el Ejecutivo.

El titular de Justicia, en tanto, viajó al Sur para descansar.