La jornada de este martes se llevó a cabo la segunda audiencia del juicio oral en contra de los 11 imputados por la muerte del matrimonio Luchsinger Mackay.
En el marco de este procedimiento, las defensas de ocho de los formalizados expusieron sobre las razones que dan cuenta de la inexistencia de pruebas para condenar a sus representados y al resto de los coimputados.
Renato González, abogado de la Machi Francisca Linconao, sostuvo que si bien "no podemos si no compartir la tristeza y el sufrimiento de la familia, con la misma fuerza señalo que la Machi no tienen ni directa ni indirectamente participación alguna en los hechos".
Haciendo alusión a las pruebas que el Ministerio Público expondrá, el defensor indicó que "escucharemos frases que ofenden a la lógica", pues no se tiene ninguna prueba de que la mujer de 60 años está involucrada, puesto que ella es completamente inocente. "La acusación no sólo es errónea, si no que tremendamente injusta", aseveró.
Por parte de la defensa de Aurelio Catrilaf, se dijo que este era un hombre de familia y que lo único que lo vincula con el hecho, es una declaración que se da en condiciones irregulares.
"Es un hombre serio y trabajador, que jamás ha estado involucrado en procesos judiciales y que jamás ha tenido reivindicaciones territoriales en los terrenos de la familia Luchsinger. Nunca ha reivindicado tierras de esa familia (...) Él estaba con su familia, no tenía motivo, existe por parte de los acusadores una supuesta declaración voluntaria que lo pone en los lugares de los hechos, lo que no es suficiente", manifestó su abogado Mario Quezada.
De la misma manera, desde la defensa de Eliseo Catrilaf, se expuso que en el momento del fatal incidente, él estaba en su casa, con su familia. Así, indicó que no hay ninguna prueba respecto de su representado, siendo sólo nombrado en la primera declaración que entregó José Peralino.
Por su parte el abogado de José Peralino afirmó que "en este caso veremos una historia repetida en otras causas de esta región, pues no hay evidencia pericial, documental, ni científica que demuestre la participación de mi representado y del resto de los coimputados".
Atendiendo los hechos que incluyó Peralino en su primera declaración, la que sitúa a los imputados en los hechos, el defensor dijo que las palabras pronunciadas en esa oportunidad provienen de un "procedimiento ilegal".
"Cualquier micro le sirve al Ministerio Público, sólo les interesa condenar", expresó.
José Luis Correa, representante de Hernán Catrilaf, siguió la línea de sus pares y pidió que se absolviera a su representado, en razón de que no tuvo participación en los hechos, como lo demostrarán las mismas pruebas de la Fiscalía.
"Cuatro años de investigación para tener una supuesta declaración de un sujeto que supuestamente dijo que mi representado tenía participación. En el lugar se encontraron panfletos, ahí huellas, esas huellas fueron revisadas por peritos y comparadas con las de los imputados, pero correspondían a uno de los peritos que encontraron esos panfletos", manifestó, agregando que de esta misma forma, se encontraran más de 15 contradicciones en las pruebas.
Así, añadió que "las pruebas se ponderan, se valoran, acá no se habla de cantidad, se habla de calidad. Bastaría con guardar silencio para obtener la absolución, porque incluso el silencio va a absolver a mi representado".
Por parte de la defensa de Sabino Catrilaf, se sostuvo que si bien hay una necesidad legítima de justicia, esta no se puede conseguir a cualquier precio, por lo que no se puede condenar ni a su representado ni al resto de los formalizados.
"El Ministerio Público no trae pruebas, trae parafernalia, especulación pura y dura, incluso no hay antecedentes para acreditar la existencia del delito. No hay prueba capaz suficiente para condenar a mi representado", sentenció.
Lo propio hizo la defensa de Sergio Catrilaf, dirigida por la abogada Manuela Arroyo, quien aseguró que en todo momento, José Peralino fue presionado para dar una declaración.
"La Fiscalía utiliza la vulnerabilidad de un derecho para establecer culpabilidad. Los hechos son lamentables, es un horror, pero también lo es imputarle, pedir la cadena perpetua de personas inocentes. Yo pongo las manos al fuego por Sergio y su familia (...) Respecto de Sergio no hay escucha telefónica que lo vincule con los hechos, ninguna georeferenciación, ninguna huella, foto, testigo, salvo la declaración de Peralino. Lo único que lo vincula es ser mapuche y vivir en la comunidad Juan Catrilaf", sinceró.
Con la misma fuerza, añadió que "aquí lo único que existe respecto de mi representado son prejuicios y es una persecución por su calidad de dirigente (...) Esperamos que si bien han existido presiones, creemos que en un Estado de Derecho no sucumbiremos a eso".
En tanto, desde la defensa de José Córdova, se indicó que "la única prueba que hay en su contra es una declaración que no está exenta de polémica y que no tiene el peso".
"José Córdova es una persona indígena, mapuche, campesina, pobre, que se busca enlodar su imagen y ponerlo como un hombre peligroso relacionado con armas, por lo que solicito que no se formen un prejuicio o una conclusión apresurada (...) Es una persona exenta de problemas judiciales, no ha tenido cercanía a actividad ilícitas, es una persona común y corriente. Ser mapuche no es ser delincuente, eso lo demostraremos con hechos, no con palabras", aclaró.