Tras los alegatos de apertura y la declaración de la machi Francisca Linconao, hoy, en la cuarta jornada del juicio oral por el atentado que le costó la vida al matrimonio de Werner Luchsinger y Vivian Mackay, ocurrido el 4 de enero de 2013, el proceso entró en la etapa probatoria. Es decir, la instancia en que el Ministerio Público deberá probar que los 11 acusados son realmente los autores del ataque. Las defensas, en tanto, tendrán que trabajar en desestimar las evidencias de la fiscalía.

El primero en tomar la palabra fue el persecutor jefe de Temuco, Alberto Chiffelle, quien solicitó al tribunal ingresar como prueba un peritaje realizado a una pistola marca Famae, incautada el año pasado, tras un atentado en la Región del Biobío. Los peritajes establecieron que esa arma había sido percutada en el ataque que afectó a la familia Luchsinger Mackay.

El tribunal, no obstante, rechazó la petición, argumentando que esta evidencia había llegado demasiado tarde y no permitiría a las defensas preparar sus argumentos de forma adecuada.

En el marco de sus alegatos, Chiffelle explicó que el cierre de la investigación se realizó el 28 de septiembre del año pasado y que recién en mayo de este año recibió el informe balístico. Añadió que un segundo documento, que permitía precisar aún más la participación del arma en el atentado de Vilcún, llegó al Ministerio Público en junio pasado.

"Este documento es pertinente, porque permite aclarar que hubo muchos participantes", señaló el fiscal.

Además, dijo que el documento ayudaría a demostrar el motivo por el cual el delator compensado, José Peralino, no conocía a todas las personas que participaron del atentado: porque algunas eran de otras zonas u otra región.

Los defensores de los acusados se opusieron en bloque a las pretensiones de la fiscalía. El primero fue el representante de la machi Linconao, Renato González, quien indicó que "el código establece la oportunidad para incorporar las pruebas", y el hecho de que la fiscalía haya enviado el documento al Poder Judicial antes de que se discutiera su admisibilidad "puede ser, incluso, un delito, por contaminar al tribunal". La defensora Manuela Royo indicó que "este peritaje no se solicitó durante la investigación, sino meses después. Es impertinente e inconstitucional".

Decisión

Tras escuchar los alegatos, el juez José Ignacio Rau indicó que "la petición del Ministerio Público es excepcional y bajo esos parámetros es como debe medirse". Añadió que era "innegable que al admitir prueba nueva" las defensas no podrían prepararse adecuadamente. Y, finalmente, se la excluyó.

El fiscal Luis Torres indicó que "este antecedente, que considerábamos de relevancia, fue conocido con posterioridad a la presentación de la acusación, pero hacemos presente que la prueba que ya habíamos presentado no contemplaba esta prueba nueva, y a nuestro juicio es suficiente para acreditar la participación de los imputados".

Añadió que esta prueba "permitía darles mayor certeza a los antecedentes que se van a exponer, especialmente en la declaración que había rendido el imputado Peralino. Llama la atención que las defensas hayan hecho tan férrea oposición a que el tribunal conociera este antecedente, que permitía demostrar que hay tránsito de armas de fuego y hay tránsito de personas".

El defensor Rodrigo Román señaló que con la resolución del tribunal "se restableció lo mínimo en un juicio, que es el debido proceso".

Así, y finalizado el debate, el primer testigo que se sentó en el banquillo del tribunal fue el sargento primero de Carabineros Máximo Castro, quien estaba en la Central de Comunicaciones (Cenco) de la policía uniformada y recibió el llamado de auxilio que realizó Vivian Mackay la madrugada de ese 4 de enero de 2013.

El policía indicó que la llamada la recibió a la 1.47 y que la comunicación duró un minuto y 14 segundos. "Ella insistía en que su marido estaba lesionado. Yo le preguntaba dónde quedaba y cuál era la vía más rápida para llegar al lugar".

A continuación, se expuso en la audiencia el audio de esa llamada. En esta, se podía escuchar la desesperada llamada de Vivian Mackay, quien entre llantos indicó: "Nos atacan, por favor. Werner está herido (...). Siguen disparando. Por favor, vengan luego".