1. El presunto ataque sexual
Durante la primera semana del juicio oral en Coyhaique, la defensa planteó en reiteradas ocasiones la presencia de un delito de carácter sexual, no investigado por la fiscalía y que desde su punto de vista sería el móvil tras la brutal agresión sufrida por Nabila Rifo. Esto se sustentaría en una muestra de ADN que no estaría identificada. La fiscalía, tal como lo había hecho durante el período de investigación, descartó que existieran pruebas que permitieran sustentar esta tesis. Para ello presentó diversos peritos y especialistas de la salud que la atendieron y quienes indicaron que los exámenes realizados, solicitados porque había sido encontrada semidesnuda en la vía pública, no habían permitido comprobar una agresión sexual, pero tampoco descartarla.
2. Agresión en el domicilio
Según lo relatado por la víctima a la psicóloga del Centro de Atención a Víctimas, uno de sus recuerdos de la madrugada del 14 de mayo es encontrarse en el suelo del domicilio siendo golpeada por Mauricio Ortega. Tras esto, la mujer habría logrado escapar del lugar, pero habría sido alcanzada por su ex pareja, quien le habría propinado tres golpes con un objeto contundente antes de perder la conciencia. No se realizaron peritajes que permitieran descartar o comprobar la presencia de rastros de sangre al interior del domicilio, tampoco había rastros de desorden atribuibles a una pelea. Eso sí, en un mueble se encontró un polerón perteneciente a Mauricio Ortega, en cuya manga se detectó la presencia de una mancha de la sangre de Nabila Rifo.
3. Mal manejo del sitio del suceso
Según lo indicado por todos los carabineros y personal del Samu que asistieron a la intersección de Lautaro con Monreal, alrededor de la víctima había tres elementos: un bloque de cemento, las llaves de un vehículo y sólo uno de los dos globos oculares. Según los análisis desarrollados por Labocar, la piedra y las fibras presentes en ella serían similares a las halladas en el patio de la casa del acusado, sin embargo, no se pudo comprobar que las muestras de ADN presentes en el bloque de concreto y en las llaves correspondieran a la ex pareja de Nabila. La defensa ha cuestionado el trabajo de campo de los peritos, ya que no se realizó análisis a objetos como una cajetilla de cigarrillos encontrada en el sitio del suceso, la que fue descartada como mera basura.
4. Falta de exámenes
Según declaró el imputado de la agresión, sólo se enteró de lo ocurrido con Nabila Rifo cuando los efectivos de Carabineros lo fueron a buscar a su domicilio, ubicado a unos 80 metros del lugar donde ocurrió el ataque. En la comisaría se le desarrollaron exámenes en busca de rastros de sangre sin obtener resultados positivos. Según los efectivos policiales, no se utilizó luminol (sustancia que permite detectar fluidos como la sangre), debido a que Mauricio Ortega se habría lavado anteriormente las manos y brazos con diluyente. Esta situación no pudo ser comprobada científicamente por los peritos de la policía, a raíz de que no se le realizó el análisis químico necesario para determinar la utilización de hidrocarburos.
5. ¿Qué ocurrió tras la fiesta?
Existiría un lapso cercano a los 30 minutos entre la partida del último de los invitados de una fiesta y el ataque sufrido por Nabila Rifo. De acuerdo a lo expuesto por el Ministerio Público durante la audiencia de juicio oral, la agresión comenzó al interior del domicilio para concluir a unos 80 metros del lugar, luego de que la víctima arrancara por calle Lautaro. La defensa sostiene que Mauricio Ortega a esa hora dormía al interior de una camioneta en el taller. Además, según la declaración de uno de los asistentes a la fiesta, la ropa que vestía Nabila al interior del domicilio (una polera clara y calzas negras) no era la misma con la que fue encontrada tras haber sufrido la brutal agresión (polera verde y calzas animal print rosadas).