"Como en cualquier grupo político, hay distintas visiones y eso es muy respetable". Con esas palabras, el presidente de la UDI, Ernesto Silva, reconoció ayer las críticas surgidas al interior de su partido respecto de la manera cómo la directiva ha abordado el caso Penta.
Durante la jornada, Silva y algunos integrantes de su directiva sostuvieron conversaciones con varios militantes. Según explicó el diputado a sus cercanos, la idea es escuchar críticas y asumir errores. Y tal como advierten las mismas fuentes, las tratativas apuntan a desactivar rumores sobre renuncias en la mesa.
Entre los reproches que ha recibido Silva, se señala que la defensa que se estaba llevando a cabo estaría hipotecado la institucionalidad del partido. Eso, además de las críticas a la denominada "teoría del empate".
Pese a que el rediseño estratégico está en marcha, ayer la directiva planteaba una suerte de "equilibrio", cuyo objetivo es que los afectados por el caso no se sientan solos, aunque que asuman sus defensas personales. La idea es que la directiva tome distancia del proceso. Además, en vez de aludir a "errores", la idea es que ahora se refieran a hechos "fuera del marco de la ley".
Con todo, el secretario general, Javier Macaya insistió ayer en apuntar a la situación del ex ministro Undurraga.