"Siempre he sido rockero. Antes me gustaba la batería, pero prefiero tocar guitarra". De este modo, relata Pablo (17) cómo ha pasado estos últimos 23 meses. El joven resultó con graves secuelas neurológicas tras ser golpeado en la cabeza, el 17 de enero de 2008, en su casa de Puente Alto. Pero logró sobrevivir al intento de homicidio y ayer disfrutaba ayudando a su padre a instalar los adornos navideños en el hogar de sus abuelos en Peñalolén, donde vive actualmente. Su hermano Esteban (7) murió en el ataque, del que está acusada la madre de ambos, Jeannette Hernández (40).
Pablo tiene dificultades para expresarse. Viste tenida metalera y sonríe cuando le hablan. Pareciera no comprender lo que las personas conversan a su alrededor y guarda silencio cuando su padre habla de la muerte de Esteban.
La Fiscalía de Puente Alto asegura que la autora del ataque fue su madre, quien -sostienen los fiscales- actuó dominada por celos patológicos, como una forma de "castigar" a su esposo por una supuesta infidelidad. Los menores fueron golpeados repetidas veces, mientras descansaban en la casa.
Ayer se inició el juicio contra la mujer, quien declaró durante más de seis horas de audiencia. Para lo próximos días se espera que declaren Pablo Rojo Rodríguez (41), el esposo de la peluquera, y su hijo Pablo.
¿QUE PUEDE PENSAR UNO?
"Estamos preparándonos para lo que viene. Yo pedí vacaciones, así es que la declaración no puede ser más allá de la próxima semana", dice el padre. Pese a sus dudas iniciales, reconoce que comienza a creer la versión de los fiscales respecto de la culpabilidad de su esposa: "Hay varios peritajes y en la casa no se encontró nada. ¿Qué puede pensar uno?", se pregunta.
Respecto del testimonio de su hijo Pablo, dice: "Ojalá pueda contar lo que tiene en la cabeza y que esto termine pronto".
Pese a sus dificultades motrices, el joven presentará su testimonio ante los jueces. Según la acusación de los fiscales, su presencia en el estrado servirá para describir cómo era la relación con su madre. Pese al tiempo transcurrido, Pablo no ha logrado recordar lo ocurrido el día del ataque.
No obstante, el objetivo de los fiscales Pablo Sabaj y Patricio Vergara es dejar de manifiesto las consecuencias de la brutal agresión, de la que responsabilizan a la mujer.
Los fiscales contarían con otra prueba: registros documentales que revelarían que antes de su detención y mientras el joven se encontraba en rehabilitación, la mujer intentó "implantarle" recuerdos falsos que la favorecieran. "Estoy bien", dice el joven antes de despedirse.