El portugués Ricardo Ferreira, futbolista aficionado del Portugal Futebol Clube, fue sancionado durante 50 años sin jugar en Suiza, tras haberle pegado un pelotazo en la cara al árbitro de un partido de la cuarta división helvética, para después regarlo con agua y dedicarle un rosario de insultos.

Ferreira, de 28 años, según publica el diario suizo Blick, se encontraba en el banquillo durante el partido que su equipo perdió contra el SC Worb, por 1-0. Al acabar el mismo, le pegó un pelotazo en la cara al colegiado, que le mostró la tarjeta roja antes de salir mareado y renqueante del terreno de juego, trayecto durante el cuál el expulsado le tiró agua encima y lo insultó varias veces. 

El infractor, que fue controlado por sus compañeros para evitar que la situación empeorara, declaró al citado diario que "el balonazo fue sin querer" y que siente "lo del agua y los insultos", pero no pudo evitar la sanción, por reincidente.

El mismo futbolista había sido sancionado en 2009 durante doce meses por pegarle a otro colegiado y este año, por diversas agresiones a rivales y a árbitros, fue sancionado en total con 45 partidos. "Un jugador así no lo necesitamos en los terrenos de juego", explicó Robert Breiter, abogado de la Federación Suiza de Fútbol.

En estricto rigor, la sanción "por un tiempo indeterminado", pero la informática de la federación suiza le ha jugado una mala pasada al futbolista, ya que al exigir una fecha de final de sanción y no existir ésta, por defecto cifró la misma en cincuenta años. Una sanción a la que no se podrá recurrir antes de tres años.

"Soy conocido entre los árbitros y en la Federación, es cierto. Me podría esperar una sanción de un año o dos. ¿Pero cincuenta? El fútbol es mi vida", se lamentó Ferreira, que podrá seguir entrenándose con sus compañeros, pero que, de cumplir el castigo, no volverá a jugar un partido de fútbol a menos que pretenda hacerlo, claro, con 78 años a cuestas.