Nicolás Castillo fue el hombre que más abrazos recibió en Cavancha. El jugador de Universidad Católica convirtió cuatro goles, en la victoria por 6-2 ante Iquique, y se llevó todos los aplausos de la fanaticada cruzada que se hizo presente en el norte.

El futbolista formado en Las Condes, desde el primer minuto, marcó presencia. Peleó cada balón como si fuese el último y, en más de una oportunidad, levantó a sus compañeros cuando el equipo local intentaba imponer sus términos.

Sus cuatro goles en el norte lo encumbraron en lo más alto del torneo. Llegó a las once dianas, desplazando a Esteban Paredes, de Colo Colo, del cetro de goleador del Apertura.

Al momento de finalizar el encuentro, Castillo levantó las manos en señal desahogo. Corrió a abrazarse con Diego Buonanotte, su socio en el campo de juego.

Pese a su alegría, el delantero no quiso hablar con la transmisión oficial del CDF: "¿Si hablaré? No, gracias", dijo, para retirarse rápidamente al camarín.

Mario Salas, sin embargo, no tuvo problemas para destacar su actuación: "El rendimiento de Nico fue superlativo, pero creo que detrás de ese gran rendimiento individual hay una base colectiva muy fuerte", cerró.

La marca que puede batir

Con su notable actuación de hoy, el renquino se ubicó como el goleador del Campeonato, con 11 goles. Además, igualó un registro de Alberto Acosta, el último jugador cruzado en marcar cuatro goles en un partido de Primera División. El transandino logró el póker en el 7-2 sobre Deportes Concepción, el 7 de abril de 1997.

Además, Castilo registra otro mérito: marcó por séptima jornada consecutiva en el actual torneo.