El partido más importante del semestre. Esa frase ha sido repetida varias veces en San Carlos de Apoquindo, pensando en las aspiraciones de Universidad Católica en la Copa Libertadores. Pero esta noche era real. Era ganar o ganar para los estudiantiles. Y de la ilusión se pasó a la desazón. En una jornada que terminó en tristeza, la UC quedó eliminada del certamen más importante del continente al caer por 2-3.
Los cruzados no le escaparon a la necesidad de la victoria. Tomaron la iniciativa, aunque no con demasiada precisión. Sin Juan Carlos Espinoza, César Fuentes y Enzo Kalinski, Mario Salas presentó un mediocampo sin mucha marca, ubicando a Carlos Espinosa acompañando a Fabián Manzano, dupla que jugó el fin de semana pasado contra Deportes Iquique.
El ímpetu y las ganas permitieron que, durante el primer tiempo, Católica usara mucho las bandas para entrar en la defensa del Paranaense. Tanto Magnasco como Parot se transformaron en punteros, para así buscar por arriba a Santiago Silva. Mientras tanto, los brasileños esperaban muy atrás y con el control de la pelota apelaban a algún pase hacia Grafite, el veterano de 38 años que comanda el ataque de los de Curitiba.
La inquietud y el nerviosismo no sólo estaba en los hinchas cruzados por lo que ocurría en su cancha, sino que también por lo que pasaba en Buenos Aires, ya que en simultáneo chocaban San Lorenzo y Flamengo.
En el Nuevo Gasómetro, Rodinei abrió la cuenta para el Mengao, un resultado muy favorable para la UC, siempre y cuando el equipo nacional hiciera su tarea. Los acercamientos se quedaban en eso. El marcador no se abría. De hecho, en los 33', Toselli evitó la apertura de la cuenta de la visita. Tres minutos más tarde, el estallido. Con un zurdazo, el Tanque Silva hace el 1-0. El uruguayo hizo su tercer tanto en la copa, curiosamente todos a elencos brasileños. Así se fueron al descanso. En ese momento, la UC estaba en octavos.
Pero la expectativa se transformó en pesadilla. Católica pudo ampliar el resultado con un remate de Fuenzalida, pero el balón dio en el travesaño (53'). Paulo Autuori, como todo un estratega, acertó plenamente con los cambios. Ingresaron Carlos Alberto, Eduardo da Silva y Douglas Coutinho, quienes desequilibraron el cotejo a favor de los brasileños. Fue Eduardo, nacionalizado croata, quien empató en los 76'. Al instante, en Argentina, Marcos Angeleri empató para San Lorenzo. Todo se complicó para la UC.
Ante el apuro del reloj, Salas mete a Roberto Gutiérrez y saca a Manzano. Una jugada arriesgada, ya que Católica se quedó sin marca. Pero nada de marca. El equipo se partió. La línea de cuatro en un lado, Espinosa en el medio de la cancha y el resto arriba. Una movida que ya es una costumbre de Mario Salas, pero cuyo efecto fue igual a cero. En los 82', Coutinho anota el 1-2, finalizando un contragolpe.
La ilusión volvió a resurgir con el empate de Noir (84'), pero tres minutos más tarde Carlos Alberto sepultó las aspiraciones cruzadas. A su vez, el Ciclón le ganó en el segundo minuto de adición a Flamengo con tanto de Fernando Belluschi. En definitiva, un triunfo de los argentinos anulaba cualquier chance de la UC de seguir en la Copa. El punto es que los chilenos acabaron últimos en la zona (tres derrotas seguidas), también afuera de la Sudamericana.
Profunda decepción. El bicampeón no sigue en el continente.