Hace dos años el mundo quedó conmocionado con la noticia del asesinato de Cecil, un león de 12 años que vivía en el Parque Nacional Hwange ubicado en Zimbabwe. El autor de su muerte fue un dentista estadounidense llamado Walter James Palmer, quien pagó 50 mil dólares (32 millones de pesos chilenos) para viajar al país africano y cazar a un león.
Palmer arrastró una presa en su camioneta y atrajo a Cecil hasta que salió del parque nacional - lugar en donde no está permitido cazarlos - y le disparó con un arco y flecha. Esto dejó a Cecil agonizando por 40 horas, hasta que lo encontró nuevamente y le dispararon con un arma causándole la muerte. Tras esto, se sacó fotografías con el cuerpo y le cortó la cabeza al animal a modo de trofeo.
Hoy la cuenta oficial Los Leones del Parque Nacional de Hwange anunció que habían recibido la noticia que Xanda, el hijo mayor de Cecil, también había sido asesinado. Esta vez, por un cazador de nombre Richard Cooke.
Cooke, señalan, también mató a uno de los hermanos de Xanda en el 2015. A diferencia del caso del cazador de Cecil, Cooke estaba cazando en un área permitida y cuando se dio cuenta que el animal que había cazado tenía un collar con GPS, le devolvió a los investigadores que cuidan a los leones en el parque.
Según indicaron los investigadores a The Telegraoph, monitorean a los leones del parque diariamente, y estaban al tanto que Xanda y su manada estaban pasando más tiempo fuera de la reserva, cerca del lugar en donde el león había nacido, pero lamentablemente no podían hacer nada al respecto.
De acuerdo a la información que entrega la cuenta oficial del parque, Xanda era un padre joven. Con 6.2 años, deja a varios cachorros y a su manada. "No podemos creer que ahora, dos años después del asesinato de Cecil, el mayor de sus cachorros, Xanda, haya tenido el mismo destino. ¿Cuándo los leones del parque nacional Hwange podrán estar en paz para vivir sus años como los leones libres y salvajes que son...?".
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La manada de Xanda.[/caption]
Según uno de los investigadores, esperan que se pueda ampliar el límite de protección que ofrece el parque nacional a 5 kilómetros a la redonda, así los cazadores que cazan de manera legal no le disparen por accidente a los leones del parque que caminan fuera de los límites del lugar.