La masacre de rinocerontes se ha agravado en Sudáfrica con 1.215 animales muertos a manos de cazadores furtivos el año pasado, frente a 1.004 en 2013, anunció este jueves el ministerio de Medio Ambiente.
Más de dos tercios de ellos, 827 rinocerontes, murieron en el parque nacional Kruger.
La progresión de la caza furtiva se debe a la venta de los cuernos, a precio de oro, en Asia, en particular en Vietnam, entre los adeptos de la medicina tradicional.
El cuerno de rinoceronte contiene únicamente queratina, una proteína que se encuentra en las uñas de los seres humanos.
"No olvidemos que la caza furtiva de rinocerontes forma parte del tráfico mundial de fauna salvaje de varios miles de millones de dólares en el mundo entero", explicó este jueves la ministra de Medio Ambiente, Edna Molewa, en rueda de prensa en Pretoria.
Cada año se baten tristes récords. Las estadísticas oficiales sudafricanas no paran de subir: eran 1.004 en 2013, contra 668 en 2012, 448 en 2011, 333 en 2010, 122 en 2009, 83 en 2008 y sólo 13 en 2007. Y muchos especialistas estiman que estas cifras subestiman la realidad.
Con alrededor de 20.000 especímenes, Sudáfrica alberga entre el 70 y el 80% de la población mundial de rinocerontes y ha desplegado una serie de medidas de seguridad, como la intervención del ejército, para impedir la caza furtiva, pero ha sido en vano.
Recientemente, el gobierno incluso ha ordenado desplazar a decenas de paquidermos para ponerlos a salvo.
"Llegamos a un punto en el que los pronósticos demuestran que la mortalidad será superior a los nacimientos", afirmó a la AFP en noviembre Cathy Dean, directora de la ONG Save the Rhino.
"El tráfico internacional organizado de cuernos de rinocerontes socava nuestros esfuerzos", reconoció Molewa.