A los 18 años, Cecilia Brunson decidió que su lugar no estaba en Chile, que si quería hacer del arte su motor de vida tenía que ir más lejos. Así partió a Canadá, sin saber que en las salas donde se impartía Historia del Arte en la Universidad de Concordia, en Montreal, se reencontraría con su historia familiar. "Eran inicios de los 90 y estaba muy de moda Frida Kahlo. Al poco de empezar a estudiarla, me topé con el muralismo mexicano y con mi abuela Blanca Luz Brum, que había sido esposa de David Alfaro Siqueiros. No podía creer todo lo que hizo", dice Brunson, hija de Nils Brunson y Cecilia Miquel.

Aunque sabía que su abuela era distinta, una uruguaya excéntrica, de carácter fuerte y mente creativa, Brunson desconocía los detalles de su vida: que fue musa de Neruda y García Lorca, que escribió poesía revolucionaria y que fundó la revista literaria Amauta, en Perú, donde escribió Borges y Breton.

Dos años después, Blanca Luz Brum volvió a aparecer cuando la casa de subastas Christie's de Nueva York contrató a Brunson. "Resultó que justo habían rematado un cuadro de mi abuela pintado por Siqueiros. Entonces hicieron la conexión y quisieron conocerme. Nunca más volví a Montreal", cuenta.

La suerte no paró ahí. En la Gran Manzana conoció al fotógrafo chileno Roberto Edwards, quien la alojó por 10 años en su casa, a cambio de que lo asesorara con su biblioteca y colección de obras de arte. "A él le debo mi carrera", reconoce Brunson, hoy convertida en una de las curadoras chilenas más destacadas de la escena internacional.

Entre 2001 y 2003 fue coordinadora de exposiciones en el American Society de Nueva York y luego por cuatro años fue curadora de arte latinoamericano en el Blanton Museum of Art, de Texas. De vuelta en Chile, en 2007, conoció a Juan Yarur, el socialité de 22 años, heredero de la fortuna de las Manufacturas Yarur, que quería convertirse en coleccionista de arte. Tras siete años y siempre con la asesoría de Brunson, Yarur formó un acervo que hoy suma más de 80 piezas, entre obras de Andy Warhol, David La Chapelle, Alfredo Jaar, Damien Hirst y Tracey Emin, que serán exhibidas por primera vez en una muestra que abre el miércoles en el MAC del Parque Forestal.

Destino, Londres

"Juan tiene un interés muy profundo en la moda y el diseño y desde un comienzo lo apoyé a que se lanzara con todo al arte contemporáneo. Siempre dejé que esta colección se tratara de él", dice Brunson. "Muchos arman colecciones de forma muy académica o por la conveniencia del mercado, pero yo creo que en el gusto personal radica la fuerza del conjunto", añade.

La muestra parte con las primeras adquisiciones de Yarur: una litografía de Andy Warhol de 1967, de Marilyn Monroe, y una fotografía de David La Chapelle, de 2001, donde una modelo es aplastada por un hamburguesa gigante. En la sala titulada "Cuerpos" se mezclan fotos de Paz Errázuriz, de su serie La Manzana de Adán, junto a la obra de los estadounidenses Robert Mapplethorpe y Nan Goldin. Mientras, otra llamada "Erotismos" reúne una instalación de neón de Tracey Emin y fotografías de Vic Muniz y Susan Meiselas. "Hay un interés por la identidad, la sexualidad y los márgenes. Ahora último, Juan ha puesto el ojo en el accionismo vienés y ha comprado obras de Otto Muehl y Paul McCarthy. Va contra toda moda", dice la curadora.

Yarur exhibirá, además, su colección local, con obras de artistas como Catalina Bauer, Gerardo Pulido, Livia Marín y Malú Stewart, que ya se mostraron a fines de 2010 en la galería de Charles Saatchi en Londres. Fue otro paso para definir su faceta de mecenas del arte nacional: ese mismo año, con Brunson creó la Fundación AMA, que entrega becas de residencias a jóvenes artistas locales.

Paralelo a Yarur, Brunson sigue su propio camino en el arte contemporáneo. La curadora acaba de abrir una galería en Londres, ciudad donde está radicada desde 2008, tras casarse con el médico Matthew Janson-Evans, con quien ya tiene dos hijas. El espacio Cecilia Brunson Projects debutó en Pinta Londres, y en septiembre estará en la nueva Feria Summa de Madrid, presentando sólo a artistas chilenos. Será la última vez. "Con la curadora Regine Basha estamos planeando una programación con artistas latinoamericanos y del Medio Oriente. Siento que ya estoy para otros trotes y que es tiempo de ampliar la mirada. Además, por más lejos que esté de Chile, hay una conexión que nunca se romperá", finaliza.