Mireya Pantoja se encuentra sentada en una sala de ensayo en la comuna de Ñuñoa. Con una gran sonrisa en su rostro prepara su gran regreso a los escenarios junto a su banda, a quienes dirige con mucha empatía, por lo que prepara su voz para la primera canción. Al momento de que los músicos tocan los primeros acordes, Mireya deja de ser quien es y se convierte en simplemente Cecilia, "la incomparable".
La cantante de 74 años, famosa por su gran protagonismo durante la Nueva Ola, se mantuvo en un forzado receso tras su presentación en Antofagasta en 2016; fue casi directo a la UCI tras presentar problemas respiratorios en el hotel que se hospedaba. Una neumonía diagnosticó el médico, enfermedad que la mantuvo por cerca de dos meses en el hospital. Como consecuencia de esto, los músculos de sus piernas se debilitaron, imposibilitándola de poder caminar con normalidad, por lo que debió comenzar una rehabilitación, la que ha estado tratando con kinesiólogos, quienes la mantienen constantemente realizando ejercicios, logrando una mejoría en su movilidad. Todo este proceso lo hizo acompañada de su manager, Yasmine Bau, con quien se encarga de ayudar a Cecilia en todo momento. Casi nunca la deja de lado.
"Todavía estoy en rehabilitación, pero no en mi voz ni en mi organismo. Nada de dietas ni cosas así. Esta enfermedad me pegó fuerte, me atacó las piernas", explica la artista.
A pesar de lo sucedido, actualmente Pantoja mantiene su espíritu y su pasión casi intactos por el canto. Su voz aún luce competente, de la misma forma que su carisma al emocionarse en cada canción, demostrándolo por cada acorde o ritmo existente en la sala de ensayo, mientras se preparaba para su presentación de este sábado en La Cumbre del Rock Chileno del Club Hípico, a las 19:50 horas, en el escenario Gato Alquinta, concierto que le preocupa demasiado. Para ello, incluso asiste a una consulta con un fonoaudiólogo.
"Si me preguntas si puedo actuar: sentadita y puedo pararme de repente. Todavía estoy en rehabilitación, pero no tengo nada en la garganta, gracias a Dios. Una retoma la fuerza, hay que tomar la fuerza", confiesa.
El gran regreso
Siendo la última confirmada para el festival de la música chilena en el pasado diciembre, la cantante considera este pacto como su gran regreso a los escenarios. A pesar de haber cantado en pequeñas presentaciones, hacer un dueto con Ana Tijoux en los premios Pulsar y participar en el festival de la Nueva Ola durante el año pasado en el Teatro Caupolicán.
"Lo que hice ahí fue una humorada, era más bien para que la gente supiera que estaba viva, que no estaba escondiendo nada y que estaba bien paradita", aclara.
Su inclusión en la Cumbre es algo que la ha mantenido bastante ocupada. Pero no estará sola en aquel lugar, ya que la acompañan músicos que la admiran, quienes sienten un gran respeto por ella y su legado: Diego Ibarra en el bajo; el pianista René Arangua; Alex Carreño en la batería y el legendario guitarrista de Aguaturbia, Carlos Corales. La banda que acompaña a Cecilia dedica todos sus esfuerzos en cada canción, para así encontrar el tono adecuado y facilitarle su cantar con el actual registro que hoy le permite su condición de salud.
"Es una experiencia nueva para mi, o sea, nueva para mi en estos tiempos, donde una ya es madura y he cantado generación tras generación, eso es hermoso para mi, entonces es mucho más comprometedor, pero estoy bien, me interesa estar bien de voz y eso, nada más", aclara.
A su vez, al momento de poder preguntarle sobre lo que hará en su presentación, lo que se podría esperar en su repertorio en el evento o algún detalle, comenta: "No quiero hablar de más o me van a retar, pero es una sorpresa que quiero que ustedes se lleven, como el respetable".
Entre los invitados que tendrá esta noche aparecen Denisse Malebrán, la cantante de Saiko; y David "Rulo" Eidelstein, miembro histórico del grupo Los Tetas.
Mi corazón grita no
Cecilia está muy clara de lo que quiere en su futuro, este concierto no es un retiro, sino que el primer paso para continuar en otros escenarios, como casinos o teatros. El retiro es una palabra que no quiere pronunciar. Ante cualquier eventualidad, expresa: "Va a ser lo que Dios quiera, pero no creo que este sea mi retiro. Mis ansias son seguir cantando y quiero retomar los casinos, es un trabajo no muy complicado, liviano. Aunque aquí las fuentes de trabajo son muy pocas o solamente hacer actuaciones en los teatros"
La artista se siente vigente y afortunada como nadie. Agradece constantemente el ser reconocida por las cinco generaciones de personas que la han visto cantar, los homenajes y que le den la oportunidad de hacer lo que ella siempre ha amado. "Son cinco generaciones ya, llevo 60 años cantando, es mucho Lucho (risas). La juventud me rescata a cada rato, que canten mis temas es maravilloso".