Cuando Evelyn Matthei asumió la tarea de ser candidata luego de una accidentada carrera presidencial en la UDI, Cecilia Morel se contactó con ella para inmediatamente comprometer su apoyo en terreno.
La primera dama se define "aprensiva" ante la idea de un eventual retorno de la Concertación a La Moneda, por lo que está empeñada en poner su capital político a disposición de la Alianza en busca de revertir los pronósticos.
¿Qué le preocupa y por qué?
Hay demandas y una ciudadanía empoderada que es fundamental escuchar, pero un líder tiene que guiar, saber encauzar y priorizar. Y creo que es difícil saber el efecto que va a significar una Constitución nueva, promovida por sectores de la Nueva Mayoría, y una reforma tributaria, en la profundidad que ellos quieren. Es difícil ver cómo van a confluir las distintas posiciones en ese sector ¿cuál va a primar? Esa es la aprensión que siento. Por eso yo me la voy a jugar hasta el final por Evelyn Matthei. Encuentro valioso para el Chile de hoy esa mezcla de capacidad, de preparación, su lado ejecutivo, su liderazgo, con el norte claro, con la parte más compresiva como mujer que acerca a Evelyn a la realidad.
En la última campaña presidencial de Eduardo Frei, no hubo traspaso de votos. ¿Cuánto cree que ayuda su apoyo a Matthei?
Ojalá uno pudiera saber cuánto ayuda en ese traspaso, pero al menos sirve para transmitir que detrás de nuestra candidata hay un equipo muy grande y jugado por el país. Por eso lo del Círculo Español me dio mucha fuerza, mucho entusiasmo y mucha esperanza.
¿Usted tampoco vio que la presencia de autoridades de gobierno a ese encuentro sea intervencionismo?
Yo me acuerdo que nosotros rabiábamos también, pero con la diferencia de que ahí había recursos involucrados. Yo me acuerdo de Michelle Bachelet yendo a la zona de Eduardo Frei, en fin, no quiero sacar en cara nada, pero que había intervención, había. Pero obviamente un gobierno quiere continuar su obra, eso es algo natural y absolutamente legítimo.
¿Cómo ve la campaña?
Evelyn tuvo que tomar la decisión de ser candidata de un día para otro y cuando además la otra candidata llevaba varios meses de campaña. La encontré muy valiente y muy comprometida. Ella ha demostrado tener el coraje y la decisión que se necesitan para gobernar un país en una época de mayor empoderamiento. Rápidamente se armó un programa de gobierno muy completo, con personas muy capaces, con el mismo norte claro con que iniciamos este gobierno. Y si me preguntas por qué votaré por ella, lo hago porque propone ese mismo camino, el mejor para obtener logros más duraderos, más rápidos y más sustentables para el bienestar del país.
¿Cuánto cree que le afectó a su candidatura la ofensiva del Presidente sobre los 40 años del Golpe Militar?
Independientemente de lo que dijera Sebastián, era obvio que esta fecha iba a producir diferencias tanto en nuestro sector como en la Concertación.
Pero el Presidente sí marcó diferencias al plantear una suerte de "despinochetización" de la derecha, pese a tener una candidata hija de un ex miembro de la junta militar.
Más que despinochetizar, lo que hizo fue reafirmar el compromiso de la centroderecha con los derechos humanos. En el pasado no es que no lo tuviera, sino que hubo un contexto de mucha anormalidad en Chile. La Alianza tiene muy claro que las violaciones a los derechos humanos son condenables siempre y en todo lugar.
¿Y cómo ve que quedó la figura de Matthei tras ese episodio?
Lo que sucede es que no todos tienen que pedir perdón, no todos son culpables, uno también es hija de una época, de una circunstancia.
¿Usted no comparte la idea de los "cómplices pasivos" del Presidente?
Sebastián lo ha dicho: uno no es juez de nadie. Además hay diferentes grados de responsabilidad y los que tuvieron responsabilidad penales están hoy en la cárcel.
¿Se cerró ese capítulo?
Nos hizo replantearnos y llegar a una conclusión: podemos tener diferencias todavía respecto a la interpretación de ese período de la historia, pero nos une con fuerza la visión de futuro. Y veo que en la Concertación es justo al revés, están unidos emocionalmente respecto al pasado y a la época de Pinochet, pero no los une el futuro. Y en nuestro sector, al contrario, quizás no hay diferencias para interpretar lo que pasó durante el gobierno de Allende, pero sí hay diferencias para interpretar lo que pasó después.
Esa discusión abrió otra relacionada a si existe la necesidad de impulsar una "nueva derecha" en el sector. ¿Qué piensa?
Más que hablar de nueva derecha, creo que desde siempre este sector ha suscrito valores democráticos. Me acuerdo de don Francisco Bulnes, de Ibáñez, que eran grandes republicanos. Muchas personas cooperaron en la política de los acuerdos, y antes en darle una salida democrática al gobierno de Pinochet. En todo eso contribuyeron personas del mismo sector como Andrés Allamand, y así como los mismos Bulnes, Ibáñez y Rivadeneira, hubo muchos hombres y mujeres de la centroderecha que ayudaron a encontrar una salida, que finalmente fue democrática y que tuvo esta transición tan reconocida.