Fue la noche más terrible de mi vida. Solo, en una celda, escuchando gritos de otros presos. Horas en que no pude dormir, pensando en todo lo que me había tocado vivir por culpa de mi reacción en contra de Mauricio Viana, el arquero de Wanderers.
En ese momento, en que quería que pasara todo rápido, pensaba lo que había sucedido.
El partido estaba terminando y perdíamos 2-0 ante Santiago Wanderers en Valparaíso. Cometí una falta en el mediocampo y el árbitro decidió expulsarme por doble tarjeta amarilla.
No tuve problemas en retirarme del campo de juego. Me merecía expulsión y no había nada que reclamar. Cuando iba camino al túnel se me acercó Mauricio Viana, portero de Santiago Wanderers, y me insultó de la nada. Me dijo "hijo de puta mala leche, yo me cojo a tu mujer y tu mamá juntas".
Me nublé. Lo reconozco. A nadie le gusta que se metan con su familia. Lo empujé y se cayó al suelo. Después caminé un par de metros para irme al camarín y se me vinieron todos encima. En ese momento le lancé una fuerte patada a Viana en el pecho para defenderme. Pensé que él me iba a atacar.
En el camarín me di cuenta que había cometido un error. La gente y los niños no se merecen que uno realice ese espectáculo, si finalmente la labor de uno es hacer goles.
Luego llegó Carabineros a buscarme al camarín y me trasladaron al Hospital Carlos Van Buren para constatar lesiones. Yo no tenía nada y me quería ir a mi casa.
En ese momento me informaron que estaba detenido por Ley de Violencia en los estadios. Yo me quería morir. Nunca en mi carrera me había tocado vivir algo así. No soy un jugador agresivo y en mi vida había estado preso.
La noche en la cárcel fue rara y no la voy a olvidar nunca. El estar encerrado es una sensación que no se la deseo a nadie. Escuché muchos gritos de los otros presos, pero nada contra mío. Carabineros se portó muy bien y no tengo nada que decir de ellos.
Se me hizo eterna la espera. Estaba viviendo una pesadilla y me arrepiento de haber reaccionado así. Caminé harto dentro de la celda y aún no podía entender mi reacción.
Al otro día me trasladaron al Juzgado de Valparaíso y me comunicaron que estaba con orden de arraigo por los próximos 40 días mientras dure la investigación.
Me equivoqué y lo estoy pagando. No puedo reaccionar así, pero es difícil no calentarse cuando insultan a tu familia. He recibido el llamado de futbolistas de distintos clubes y me dicen que me quede tranquilo.
Espero que todo se solucione pronto. Quiero volver a jugar en alguna cancha acá en Chile y hacer lo que más me gusta: goles.